ORACIÓN
DE OFRECIMIENTO DE LA MISA
Señor,
concédenos poder participar con verdadero amor, atención
y piedad de esta Eucaristía que te ofrecemos, primero,
para adorarte y agradecerte todos los beneficios que nos has
hecho; segundo, para pedirte perdón de nuestros pecados
y los de todos los hombres; tercero, para suplicarte las gracias
que nos son necesarias para nuestra vida y para este día
en concreto.
Te ofrezco
en particular esta Misa de hoy para... (expresa aquí
la intención que quieras).
Concédenos,
Señor, asistir a esta Misa con los mismos sentimientos
de amor y piedad de tu Madre al pie de la Cruz. Con el espíritu
y fervor con que la vivieron los santos.
Te suplico
que nos ayudes a prepararnos para recibirte dignamente, lo mejor
que podamos.
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ORACIÓN
DE SAN JUAN CRISÓSTOMO
¡Oh Señor!,
yo creo y profeso que Tú eres el Cristo Verdadero, el
Hijo de Dios vivo que vino a este mundo para salvar a los pecadores,
de los cuales yo soy el primero. Acéptame como participante
de tu Cena Mística, ¡oh Hijo de Dios!
No revelaré
tu Misterio a tus enemigos, ni te daré un beso como lo
hizo Judas, sino que como el buen ladrón te reconozco.
Recuérdame,
¡Oh Señor!, cuando llegues a tu Reino. Recuérdame,
¡oh Maestro!, cuando llegues a tu Reino. Recuérdame,
¡oh Santo!, cuando llegues a tu Reino.
Que mi participación
en tus Santos Misterios, ¡oh Señor! no sea para
mi juicio o condenación, sino para sanar mi alma y mi
cuerpo.
¡Oh Señor!,
yo también creo y profeso que lo que estoy a punto de
recibir es verdaderamente tu Preciosísimo Cuerpo y tu
Sangre Vivificante, los cuales ruego me hagas digno de recibir,
para la remisión de todos mis pecados y la vida eterna.
Amén.
¡Oh Dios!,
se misericordioso conmigo, pecador.
¡Oh Dios!, límpiame de mis pecados y ten misericordia
de mí.
¡Oh Dios!, perdóname, porque he pecado incontables
veces.
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ORACIÓN
DE SÚPLICA A SAN JOSÉ
San José,
tu que tuviste la suerte -regalo de Dios- de no sólo ver
y oír al Dios a quién muchos reyes quisieron ver
y no vieron, oír y no oyeron; sino que además pudiste
también abrazarlo, besarlo, vestirlo y custodiarlo.
V. Ruega por nosotros,
bienaventurado José.
R. Para que seamos dignos
de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.
Dios nuestro,
te pedimos que, así como José mereció tratar
y llevar en sus brazos a Jesús con cariño, hagas
que también nosotros lo arropemos con el mismo cariño
en nuestro corazón cuando dentro de un rato, recibamos
su Cuerpo y Sangre. Amén. |