NOVENA
DE MARÍA AUXILIADORA
(Propagada
por San Juan Bosco)
1. Rezad
durante nueve días seguidos tres Padrenuestros, Avemarías
y Glorias con la jaculatoria "Sea alabado en todo momento
el Santísimo Sacramento", y tres salves con la jaculatoria
"María Auxiliadora de los cristianos, ruega por nosotros".
El cristiano
ora al Señor y también a la que es su Auxiliadora
2. Recibid
los Sacramentos de la Reconciliación y de la Eucaristía.
El cristiano
vive unido a Cristo, a la Auxiliadora de los cristianos y a la
Iglesia por los Sacramentos.
3. Os recomiendo
que prometáis vuestro donativo o vuestro trabajo personal
para sostener obras de apostolado, preferentemente salesianas.
El cristiano,
siente que la Auxiliadora le anima a ser apóstol y a sostener
las obras de apostolado de la Iglesia de Cristo.
__________
ORACIÓN DE CONSAGRACIÓN
¡Oh Santísima
e Inmaculada Virgen María, tiernísima Madre nuestra
y poderoso Auxilio de los Cristianos! Nosotros nos consagramos
enteramente a tu dulce amor y a tu santo servicio. Te consagramos
la mente con sus pensamientos, el corazón con sus afectos,
el cuerpo con sus sentidos y con todas sus fuerzas, y prometemos
obrar siempre para la mayor gloria de Dios y la salvación
de las almas.
Tú, pues, ¡oh
Virgen incomparable! que fuiste siempre Auxilio del Pueblo Cristiano,
continúa, por piedad, siéndolo especialmente en
estos días. Humilla a los enemigos de nuestra religión
y frustra sus perversas intenciones. Ilumina y fortifica a los
obispos y sacerdotes y tenlos siempre unidos y obedientes al
Papa, maestro infalible; preserva de la irreligión y del
vicio a la incauta juventud; promueve las vocaciones y aumenta
el número de los ministros, a fin de que, por medio de
ellos, el reino de Jesucristo se conserve entre nosotros y se
extienda hasta los últimos confines de la tierra.
Te suplicamos ¡oh dulcísima
Madre! que no apartes nunca tu piadosa mirada de la incauta juventud
expuesta a tantos peligros, de los pobres pecadores y moribundos
y de las almas del Purgatorio: sé para todos ¡oh
María! dulce Esperanza, Madre de Misericordia y Puerta
del Cielo.
Te suplicamos, gran Madre de
Dios, que nos enseñes a imitar tus virtudes, particularmente
la angelical modestia, la humildad profunda y la ardiente caridad,
a fin de que, por cuanto es posible, con tu presencia, con nuestras
palabras y con nuestro ejemplo, representemos, en medio del mundo,
a tu Hijo, Jesús, logremos que te conozcan y amen y podamos,
llegar a salvar muchas almas.
Haz, ¡oh María
Auxiliadora! que todos permanezcamos reunidos bajo tu maternal
manto; haz que en las tentaciones te invoquemos con toda confianza;
y en fin, el pensamiento de que eres tan buena, tan amable y
tan amada, el recuerdo del amor que tienes a tus devotos, nos
aliente de tal modo, que salgamos victoriosos contra el enemigo
de nuestra alma, en la vida y en la muerte, para que podamos
formarte una corona en el Paraíso. Así sea
__________
OFRECIMIENTO
Enséñame, oh
María Auxiliadora, a ser dulce y bueno en todos los acontecimientos
de mi vida; en los desengaños, en el descuido de otros,
en la falta de sinceridad de aquellos en quienes creí,
en la deslealtad de aquellos en quienes confié.
Ayúdame a olvidarme
de mí mismo para pensar en la felicidad de otros; a ocultar
mis pequeños sufrimientos de tal modo que sea yo el único
que los padezca.
Enséñame a sacar
provecho de ellos, a usarlos de tal modo que me suavicen, no
me endurezcan ni me amarguen; que me hagan paciente y no irritable;
que me hagan amplio en mi clemencia y no estrecho y despótico.
Que nadie sea menos bueno, menos sincero, menos amable, menos
noble, menos santo por haber sido mi compañero de viaje
en el camino hacia la vida eterna. Amén.
__________
NOVENA DE CONFIANZA
Madre amable de mi vida auxilio
de los cristianos, la pena que me atormenta, pongo en tus divinas
manos. Dios te salve María...
Tú que sabes mis congojas,
pues todas te las confío, da la paz a los turbados y alivia
el corazón mío. Dios te salve María...
Y aunque tu amor no merezco,
no recurriré a Ti en vano, pues eres madre de Dios y auxilio
de los cristianos. Dios te salve María...
Acuérdate, ¡oh
piadosísima Virgen María!, que jamás se
ha oído decir que ninguno de los que han acudido a tu
protección haya sido abandonado; animado con esta confianza,
me presento a ti. ¡Oh Madre de Dios!, no desoigas mis súplicas;
escúchalas y acógelas benignamente, ¡oh clemente,
oh dulce Virgen María! (Pedir la gracia que se desea
y rezar una Salve)
1.
Con este titulo el pueblo cristiano rinde tributo a la eficaz
ayuda que siempre ha recibido de la Virgen María en situaciones
difíciles, especialmente en la batalla de Lepanto y en
la liberación de Pío VII después de estar
detenido cinco años por Napoleón. Pío V
introdujo en la letanías lauretanas la invocación
de "auxilio de los cristianos". Por su parte Pío
VII coronó solemnemente una estatua de la Madre Dios en
Savona, y estableció que se celebrase todos los años
el día 24 de mayo la fiesta de María Auxiliadora.
Apóstol destacado de esta devoción mariana fue
San Juan Bosco (1815-1888),
fundador de los salesianos, que tanta ayuda recibió de
María. [Volver]
|