DÍA PRIMERO
Glorioso San Cayetano, que
tanto apreciasteis la práctica saludable de la oración,
que vuestra vida fue una oración continua, y a este provechoso
ejercicio dedicabais particularmente hasta ocho horas diarias;
haced que estemos plenamente convencidos que todo se alcanza
mediante la oración y nada se puede esperar sin ella y
que todas nuestras oraciones vayan acompañadas de viva,
fe, reverente atención, profunda humildad, filial confianza
e inagotable perseverancia. Amén. Concluir
con las oraciones finales.
__________
DÍA SEGUNDO
Glorioso Protector mío
San Cayetano, cuyo amor a Jesús Sacramentado animó
vuestro celo a levantarle suntuosos templos, adornándolos
con magnificencia, y a exhortar a los fieles a que recibieran
frecuentemente y con piedad la Divina Eucaristía; alcanzadnos
que por reverencie al Santísimo Sacramento estemos en
el templo con piedad y modestia, y recibamos la Sagrada Comunión
con mérito pera la vida eterna. Amén. Concluir
con las oraciones finales.
__________
DÍA TERCERO
Glorioso protector mío
San Cayetano, cuya singular devoción a María os
mereció su protección, particularmente en la hora
de la muerte, en la que os dijo llena de dulzura: Cayetano, vente
conmigo que mi hijo te espera; alcanzadnos de esta bondadosa
Madre que la invoquemos en todos los instantes de nuestra vida
y de este modo Ella nos asista ahora y en la hora de nuestra
muerte. Amén. Concluir con las oraciones
finales.
__________
DÍA CUARTO
Glorioso Protector mío
San Cayetano que fuisteis acérrimo defensor de la Fe contra
todos los embates de la herejía descubriendo con destreza
el virus, emponzoñado del error; haced que apreciemos
el don inestimable de la fe, sin la cual es imposible agradar
a Dios, y rechacemos con prontitud y firmeza todas las sutilezas
del error. Amén. Concluir con las oraciones
finales.
__________
DÍA QUINTO
Glorioso Protector mío
San Cayetano, que tanto os distinguisteis en la virtud de la
esperanza, que rechazaste los medios humanos que os ofrecían
los poderosos de la tierra para el sustento de vuestras comunidades,
esperándolo todo de la Providencia; alcanzadnos que vivamos
con la inquebrantable esperanza de que Dios nos concederá
por los méritos de su divino Hijo la vida eterna junto
con los medios para conseguirla, y que nuestra confianza de alcanzar
los bienes temporales no se vea jamás confundida Amén.
Concluir con las oraciones finales.
__________
DÍA SEXTO
Glorioso Protector mío
San Cayetano cuya ardiente caridad dilató tanto vuestro
pecho que de él salió vuestro corazón, agitando
dos alas maravillosas, hacia el cielo y perseguisteis siempre
a su enemigo mortal, el pecado; alcanzadnos que amemos a Dios
de todo corazón y por Dios a nuestros prójimos.
Amén. Concluir con las oraciones finales.
__________
DÍA SÉPTIMO
Glorioso Protector, mío
San Cayetano cuya profundísima humildad os hizo renunciar
las dignidades pontificias y os reprochaba como un gran atrevimiento
el haber recibido la dignidad sacerdotal; concedednos que no
merezcamos por nuestra soberbia que Dios aparte su rostro de
nosotros, sino que con nuestra sincera humildad atraigamos sobre
nosotros sus misericordiosas miradas. Amén. Concluir
con las oraciones finales.
__________
DÍA OCTAVO
Glorioso Protector mío
San Cayetano, que sufristeis con tanta paciencia toda vuestra
vida, particularmente cuando el saqueo de Roma y fuisteis azotado
y encarcelado por soldados inhumanos; alcanzadnos la gracia de
sufrir pacientemente las adversidades de esta vida, para así
labrarnos una gloriosa corona en el cielo. Amén. Concluir con las oraciones finales.
__________
DÍA NOVENO
Glorioso Protector mío
San Cayetano, cuya perfecta castidad mereció que la Virgen
Madre depositara en vuestros brazos a su Divino Hijo y que vuestro
cuerpo exhalara cierto aroma celestial; alcanzadnos que no manchemos
nuestro corazón con el pecado impuro y que guardemos nuestra
castidad con la mortificación cristiana. Amén.
Concluir con las oraciones finales. |