ORACIÓN
DE LAS MADRES DE FAMILIA
A SANTA MARTA
Oh Santa Marta dichosa, que
tantas veces tuviste el honor y la alegría de hospedar
a Jesús en el seno de tu familia, de prestarle personalmente
tus servicios domésticos, y que juntamente con tus santos
hermanos Lázaro y María Magdalena, gozaste de su
divina conversación y doctrina, ruega por mí y
por mi familia, para que en ella se conserve la paz y el mutuo
amor, para que todos sus miembros vivan en la observancia de
la Ley de Dios, y para que sólo Dios, y no el mundo ni
el pecado, reine en nuestro hogar. Libra a mi familia de toda
desgracia espiritual y temporal, ayúdame en el cuidado
de mis hijos y subordinados, y concédeme la dicha de verlos
unidos bajo la mirada paternal de Dios en la tierra, para volver
a verles reunidos en las moradas del cielo. Así sea.
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ORACIÓN
PARA LOS QUE MANTIENEN CASAS DE HUÉSPEDES
Amable protectora mía,
Santa Marta, que tuviste la inefable dicha de hospedar a Jesús
en tu casa. Dichosa tu mansión de Betania, bendecida tantas
veces con la presencia del Huésped divino, y cuyos moradores,
tú misma y tus santos hermanos Lázaro y María
Magdalena, fuisteis tantas veces honrados con las vi sitas de
Jesús, de su Madre Santísima y de los Apóstoles.
No permitas, Santa mía, que entre los que se hospedan
en mi casa haya ninguno que hospede en su corazón al demonio,
sea motivo de escándalo, o atraiga con su mala conducta
las iras de Dios sobre mí y mi familia.
Santa bendita, que viviste
en compañía de santos, bendice mi casa, bendice
a mis huéspedes, para que en todos reinen la concordia
y el amor de Dios. Ayúdame en el cumplimiento exacto de
mis deberes y en la administración de mis bienes y negocios,
para que aún cuando, por mi condición y estado
de vida, tenga que ocuparme de las cosas de la tierra, jamás
me olvide que mi patria verdadera y mi último destino
es el cielo. Así sea.
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LOS VEINTINUEVE
DE CADA MES A SANTA MARTA [1]
Oh Santa Marta milagrosa, me
acojo a tu amparo y protección entregándome a ti,
para que me ayudes en mi tribulación, y en prueba de mi
afecto y agradecimiento, te ofrezco propagar tu devoción.
Consuélame en mis penas y aflicciones, te lo suplico por
la inmensa dicha que alegró tu corazón al hospedar
en tu casa de Betania al Salvador del mundo; intercede por mí
y por toda mi familia para que conservemos siempre en nuestros
corazones a nuestro Dios viviendo en su gracia y detestando toda
ofensa contra El; para que sean remediadas nuestras necesidades
y en especial esta que ahora me aflige (hágase la petición).
Te suplico me ayudes a vencer las dificultades con la fortaleza
con que venciste, por el poder de la Cruz, al dragón que
tienes rendido a tus pies. Así sea.
Rezar tres veces el Padrenuestro.
Avemaría y Gloria.
1. Para aquellos que hacen los veintinueve
de cada mes, se recomienda confesarse y comulgar cada martes,
visitar el altar de la Santa y dar en su honor una limosna a
los pobres. [Volver] |