ORIGEN DE ESTA DEVOCIÓN [1]
Las Rosas de Santa Rita de Casia deben su origen al hecho de
que Santa Rita, estando ya gravemente enferma en su convento
de Casia y próxima a la muerte fue visitada por una pariente
suya quien, al despedirse. juzgando que seria ya la última
vez que habría de verla le preguntó si podía
servirle en algo, a lo que Rita contestó: quiero que cuando
llegues a Roca Porrena vayas al huerto de mi casa, cortes una
rosa y me la traigas tan luego la obtengas.
Como
era el tiempo de invierno y en aquel año de 1457 se estaba
distinguiendo por la intensidad de su crudeza, la mujer creyó
que Rita deliraba ya por su enfermedad y juzgando un desatino
el encargo de la enferma, regresó a la villa sin acordarse
para nada de la rosa; pero pasando junto al huerto de la casa
de Rita, bien haya sido por curiosidad o por impulso sobrenatural,
entró en él y vio con asombro que de la rama de
un rosal medio cubierto por la nieve, pendía una rosa
fresca y lozana; loca de alegría, la corta retorna a Casia
y entrega a Rita la rosa deseada, que se conservó largo
tiempo fresca despidiendo un intenso perfume.
Este hecho originó el
que las Religiosas Agustinas de Casia acostumbrasen cubrir con
rosas la urna en que yace el cuerpo incorrupto de Santa Rita,
especialmente el 22 de mayo, aniversario de su piadosa muerte.
Estas rosas eran distribuidas todos los años entre los
bienhechores y amigos de Convento, los cuales las conservaban
como preciosas reliquias. El Señor, que se complace en
honrar a sus santos y en glorificar a sus siervos, quiso que,
mediante las rosas que habían adornado el sepulcro de
Santa Rita se verificaran curaciones milagrosas. Con este motivo
se extendió muy pronto por todas partes la noticia de
las rosas de la Santa, como también los muchos y extraordinarios
favores, alcanzados por el contacto de estas rosas.
BENDICIÓN DE LAS
ROSAS
En la actualidad y desde hace mucho tiempo, se bendicen las rosas
solemnemente el 22 de mayo, con las oraciones consignadas en
el ritual de la Orden Agustiniana, distribuyéndolas entre
los fieles devotos. Son innumerables las gracias y favores obtenidos
por intercesión de Santa Rita mediante el uso o contacto
de estas rosas benditas. Consta que en el proceso de canonización
de la Santa se presentaron muchos enfermos curados, quienes declararon
haber recobrado la salud con las rosas de Santa Rita.
FINALIDAD DE ESTA DEVOCIÓN
El Ritual Agustiniano
dice que estas rosas se usan para recobrar la salud de las enfermedades
y para recibir la ayuda de Dios en cualquier necesidad. Como
todos los Sacramentales, tiene la eficacia de la oración
de la Iglesia y la de la fe de los fieles que las emplean.
MODO DE USARLAS (más
común)
Para conseguir de Santa Rita una gracia,
en especial la curación de alguna enfermedad, prepárese
un té con los pétalos de las rosas benditas y récese
durante nueve días seguidos un Padre Nuestro con Ave María
y Gloria, considerando los sufrimientos que padeció Santa
Rita durante su vida, en especial los que soportó a través
de los quince años que llevó la espina de la Cruz
en su frente.
Y a continuación las
siguientes preces:
Antífona: Nadie que espera en Dios queda frustrado
en sus esperanzas. Nada hay imposible a la fe con la oración.
Creo, Señor, pero auxilia mi fe y enséñame
a orar.
Versículo: Señalaste, Señor, a
tu sierva Santa Rita.
Responso: Con el sello de tu caridad y pasión.
ORACIÓN
Dios y Señor, que a la bienaventurada Santa Rita te dignaste
dar tan abundante, gracia y que, por haberte imitado en el amor
a sus enemigos, le concediste llevase en su corazón y
en su frente las insignias de tu pasión; te rogamos nos
concedas por su intercesión y por sus merecimientos, amar
a nuestros enemigos, y con la espina de la compunción
y del dolor contemplar los dolores de vuestra santísima
Pasión: que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
1. Este
texto esta tomado de un folleto disponible en el portal católico
encuentra.com
en su sección de impresos. [Volver]
Ilustración
de esta página: El alma de la rosa o mi dulce rosa (detalle)
de John William Waterhouse, 1908. Roy Miles Gallery, Londres.
Carol
Gerten's Fine Art. |