DÍA PRIMERO
Comenzar con las oraciones
preparatorias para todos los días.
Soberano y eterno Dios, en
cuya presencia están llenos de respeto los más
altos serafines; y maravillados de vuestra infinita grandeza
no hacen más que repetir: Santo, Santo, Santo; que habéis
querido encerrar en la Sagrada Eucaristía todas vuestras
perfecciones: dignaos recibir en señal de mi agradecimiento
todas las alabanzas que os dieron y dan todos los espíritus
bienaventurados desde su creación, y todos los santos
desde que entraron en vuestra gloria, y las que os dan y darán
todas las criaturas desde el principio del mundo por toda la
eternidad; os pido humildemente alumbréis mi alma con
una fe muy viva, para que conociendo vuestras finezas en el Santísimo
Sacramento, sepa tributaros continuas acciones de gracias y la
más profunda adoración. Amén.
Rezar seis padrenuestros,
seis avemarías y seis glorias al Santísimo. Terminar
con las oraciones finales.
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DÍA SEGUNDO
Comenzar con las oraciones
preparatorias para todos los días.
Soberano Señor y Rey
eterno, que, estando en el cielo a la diestra del Padre con universal
imperio y señorío sobre todos los Santos, y Espíritus
bienaventurados, cantándoos perpetuas alabanzas, y reconociéndoos
por verdadero Rey y Señor, quisisteis humillaros en el
Santísimo Sacramento del altar, encubriendo toda vuestra
grandeza bajo el velo de los accidentes, os suplico con la mayor
humildad vengáis a mi alma, como poderoso Rey, destruyáis
todos mis enemigos que son mis vicios, e imprimáis firmemente
en ella vuestras divinas leyes, y prometo seros fiel, obedeceros
y adoraros en espíritu y verdad por toda mi vida. Amén.
Rezar seis padrenuestros,
seis avemarías y seis glorias al Santísimo. Terminar
con las oraciones finales.
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DÍA TERCERO
Comenzar con las oraciones
preparatorias para todos los días.
Dulcísimo Señor
y vigilante Pastor de mi alma, que no contento con haberme buscado
y llevado sobre vuestros hombros como oveja perdida, quisisteis
quedaros en el Santísimo Sacramento para daros en pasto
a las fieles ovejas y que comiesen la misma carne, y bebiesen
la preciosa sangre de vuestro sagrado cuerpo, cumpliendo de esta
manera y con excelencia los oficios de verdadero Pastor, haced
que arrepentido ya de haberos hecho trabajar en buscarme, por
haberme huido de Vos tantas veces, de aquí en adelante
me deje guiar y gobernar por vuestra gracia, y apacentada mi
alma con tan divino manjar, jamás vuelva a caer en las
garras de la fiera pésima de la culpa. Amén.
Rezar seis padrenuestros,
seis avemarías y seis glorias al Santísimo. Terminar
con las oraciones finales.
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DÍA CUARTO
Comenzar con las oraciones
preparatorias para todos los días.
Amabilísimo Señor
y Jesús mío, que quisisteis dar a conocer vuestra
misericordia llamándoos Médico y para que sanásemos
de todas las enfermedades de nuestra alma os dignasteis dejar
en la Iglesia la preciosa medicina de vuestra propia carne y
sangre: compadeceos Médico divino de todos mis males.
Mirad Señor, que hace muchos años que los padezco;
pero si vos queréis, podéis en este instante mismo
limpiarme de toda mi lepra: oigo interiormente aquel piadoso
quiero con que sanasteis al leproso; y si sanó también
la enferma del flujo de sangre tocando la orilla de vuestro vestido,
sane yo de todas mis dolencias tocando y recibiendo dignamente
vuestra misma carne, y logre así la salud para siempre.
Amén.
Rezar seis padrenuestros,
seis avemarías y seis glorias al Santísimo. Terminar
con las oraciones finales.
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DÍA QUINTO
Comenzar con las oraciones
preparatorias para todos los días.
Sapientísimo Señor
y Maestro de mi alma, que después de haber hablado tantas
veces y de tantas maneras a vuestro antiguo pueblo por medio
de los profetas quisisteis hablar y enseñar por Vos mismo
a los hijos de la Iglesia, estableciendo vuestra perpetua cátedra
en el Santísimo Sacramento, a donde como a verdadero monte
de Dios y casa de Jacob convidáis a todos para que os
oigan, comunicando los tesoros de sabiduría y ciencia
que en Vos se encierran; apiadaos, o dulcísimo Maestro
mío, de mi rudeza e ignorancia, y dignaos comunicar a
mi entendimiento luz para que aprenda a cumplir vuestros mandamientos,
enseñándome al mismo tiempo a conoceros y a conocerme,
para que en todos sepa ejecutar siempre vuestra divina voluntad.
Amén.
Rezar seis padrenuestros,
seis avemarías y seis glorias al Santísimo. Terminar
con las oraciones finales.
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DÍA SEXTO
Comenzar con las oraciones
preparatorias para todos los días.
Omnipotente Señor y
Padre amabilísimo, que siendo dueño universal de
todo lo criado tenéis tanto amor a los hombres, que los
adoptáis por hijos, y queréis que lo sean y se
llamen así, preparándoles en la mesa divina el
pan del cielo para su alimento: despertando mi alma del olvido
en que ha vivido, me presento a vuestra soberana presencia, y
cual si fuese aquel pródigo del Evangelio recurro a Vos
confiado en que sois mi Padre, aunque he perdido tantas veces
la preciosa cualidad de hijo vuestro. ¡Oh si pudiera dar
una voz de verdadero dolor de mis pecados, que penetrando los
cielos se oyera por todas partes que he pecado contra mi buen
padre! Humildemente os pido me perdonéis, y me recibáis
en vuestra gracia, admitiéndome al convite de vuestro
divino Sacramento, para permanecer en ella hasta el fin de mi
vida. Amén.
Rezar seis padrenuestros,
seis avemarías y seis glorias al Santísimo. Terminar
con las oraciones finales.
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DÍA SÉPTIMO
Comenzar con las oraciones
preparatorias para todos los días.
Benignísimo Señor
y huésped divino de mi alma, que siendo los cielos corto
espacio para vuestra grandeza gustáis de hospedaros en
la pobre casa de mi corazón, y para facilitarme tanta
dicha habéis querido quedaros en el Santísimo Sacramento,
dignaos, Señor, que así como enriquecisteis a la
Reina de los ángeles María Santísima con
innumerables gracias y dones, porque la escogisteis para morada
vuestra, a proporción derraméis sobre mí
las riquezas de vuestras misericordias para que, siendo yo templo
vuestro, pueda recibiros dignamente, y conservar siempre en mí
la santidad que necesito. Amén.
Rezar seis padrenuestros,
seis avemarías y seis glorias al Santísimo. Terminar
con las oraciones finales.
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DÍA OCTAVO
Comenzar con las oraciones
preparatorias para todos los días.
Dios y Señor enamorado
de las almas, ya que tanto nos aseguráis que tenéis
todas las delicias en estar con los hombres, y en señal
de tanta fineza dijisteis a los Apóstoles después
de haberles dado la Comunión: "Ya no os llamaré
siervos, sino amigos míos"; y lo mismo decís
en este Sacramento a todos los cristianos que os reciben dignamente.
Por esta amistad, Señor, os pido que excitéis en
mi corazón los más vivos afectos de amor y de ternura
para que no ame otra cosa sino a Vos, ni piense en otra cosa
mas que en visitaros y adoraros, regalándome siempre con
el trato de tan buen Amigo, hasta que goce de vuestra clara vista
en la gloria. Amén.
Rezar seis padrenuestros,
seis avemarías y seis glorias al Santísimo. Terminar
con las oraciones finales.
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DÍA NOVENO
Comenzar con las oraciones
preparatorias para todos los días.
Dulcísimo Jesús
sacramentado, que habéis querido en la Sagrada Eucaristía
señalaros con los títulos de mayor consuelo para
nosotros, queriendo también que en este misterio os reconozcamos
por Esposo fiel y amante de nuestras almas; haced Señor,
que yo corresponda a tanta fineza, y que me prepare con las vestiduras
nupciales para asistir dignamente a tan santo desposorio, y poderlo
celebrar después eternamente en la gloria. Amén.
Rezar seis padrenuestros,
seis avemarías y seis glorias al Santísimo. Terminar
con las oraciones finales. |