MI ALEGRÍA
¡Qué alegría!
Sí, qué alegría cuando me dijeron:
ven, vamos a la casa del Señor,
¡ha llegado el Mesías esperado!,
¡ha nacido Jesús, el Salvador!.
¡Qué alegría!
Yo dejé todo cuanto allí tenía,
sólo elegí el cordero más hermoso
y corrí por los montes y cañadas
al encuentro del Todopoderoso.
Brillaban las estrellas en el cielo,
más grandes, más espléndidas, más
puras,
las voces de los ángeles cantaban:
¡Hosanna! ¡Gloria a Dios en las alturas!
¡Aleluya!
¡Aleluya!
El sol resplandecía
en el pesebre,
la noche de repente se hizo día,
se rasgaron de golpe las tinieblas
y una luz celestial nos envolvía.
¡Qué alegría!
Allí estaba, en los
brazos de María,
el niño-Dios, el trigo de Belén.
Mi corazón latía apresurado
pues quería abrazarle yo también.
Me acerqué vacilante y vi en sus ojos
el fuego del amor que me ofrecía,
¡y me llené de Dios en ese instante!
y comprendí el por qué de mi alegría.
Emma-Margarita
R. A.-Valdés [2] |
UN
MINUTO
CON EL NIÑO JESÚS
Bendiceme, Niño Jesús
y ruega por mi sin cesar. Aleja de mí, hoy y siempre el
pecado. Si tropiezo, tiende tu mano hacia mi. Si cien veces caigo,
cien veces levántame. Si me dejas Niño, ¿que
será de mi? En los peligros del mundo asísteme.
Quiero vivir y morir bajo tu manto. Quiero que mi vida te haga
sonreír. Mirame con compasión, no me dejes Jesús
mio. Y, al final, sal a recibirme y llevame junto a Ti. Tu bendición
me acompañe hoy y siempre. Amén. Aleluya. Rezar
un gloria.
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ANTE
LA ADVERSIDAD
Niño Jesús: Tú
eres el Rey de la Paz, ayúdame a aceptar sin amarguras
las cosas que no puedo cambiar.
Tú eres la fortaleza
del cristiano; dame valor para transformar aquello que en mí
debe mejorar.
Tú eres la sabiduría
eterna; enséñame en cada instante como debo obrar
para agradar más a Dios y hacer mayor bien a las demás
personas. Te lo suplico, por los méritos de tu infancia
a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
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ORACIÓN
[3]
PARA OBTENER UN FAVOR
Alabada y bendita sea la hora
en que el Hijo de Dios nació de la más pura virgen
María, a medianoche, en Belén, en medio de un frío
penetrante. En esa hora concediste, oh Dios mío, escuchar
mi rezo y concederme mis deseos, por los méritos de nuestro
Salvador Jesucristo, y por su Bendita Madre. Amén.
Rezar con fervor esta oración
quince veces cada día desde la fiesta de San Andrés
(30 de noviembre) hasta Navidad (25 de diciembre).
(Traducido del inglés
por Chickie Ortigas) |
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ADORACIÓN
AL NIÑO JESÚS
Os adoro, amable Niño
del pesebre, el más humilde y el más grande de
los hijos de los hombres y el más pobre y el más
rico, el más débil y el más poderoso.
Os bendigo, porque os habéis
dignado descender hasta mí, para ser mi modelo en la práctica
de todas las virtudes, mi guía en las dificultades de
la vida y mí, consuelo en los días de aflicción.
Os amo, porque venís
a mí con amor infinito; con amor generoso, al que no cansan
mis ingratitudes; con amor obsequioso, que se anticipa a los
tardíos impulsos de mi corazón; con amor paciente,
que espera mi conversión para amarme más tiernamente
aun. Por eso, con el corazón lleno de agradecimiento,
de rodillas al pie de este lecho de paja, os adoro, bendigo y
amo, con todo el fervor de mi alma, y me atrevo a levantar mis
ojos hasta mi Dios, que se digna mirarme.
1. La cadena
de radio y televisión EWTN de la madre Angélica (hermanas
clarisas contemplativas) mantiene una excelente página en español dedicada
a la devoción al niño Jesús. Puede ver también
en Devocionario Católico las páginas dedicadas
al Niño Jesús de Praga,
otra devoción a la infancia de Jesús muy conocida.
[Volver].
2. Envíado
por su autora y publicado aquí con su permiso, este emotivo
poema del nacimiento de Jesús pertenece a su libro "Versos
de amor y gloria" publicado por la Biblioteca de Autores
Cristianos, BAC (Madrid, 1999). Más poemas e información
de esta autora en su página
web. [Volver]
3. Se trata
de una oración antigua ya que el imprimatur lleva fecha
del 6 de febrero de 1897 por el arzobispo de Nueva York, Michael
Augustine. [Volver] |