A LA INMACULADA CONCEPCIÓN
(8
de diciembre)
Ninguno
del ser humano * como vos se pudo ver; * que a otros los dejan
caer * y después les dan la mano. * Mas vos, Virgen, no
caíste * como los otros cayeron, * que siempre la mano
os dieron * con que preservada fuiste. * Yo, cien mil veces caído,
* os suplico que me deis * la vuestra y me levantéis *
por que no quede perdido.
Y
por vuestra concepción, * que fue de tan gran pureza,
* conserva en mí la limpieza * del alma y del corazón,
* para que de esta manera * suba con vos a gozar * del que sólo
puede dar * vida y gloria verdadera. Amén.
VENID Y VAMOS TODOS
Venid y
vamos todos, en flores a porfía * en flores a María,
que Madre nuestra es. * De nuevo aquí nos tienes, purísima
doncella, * más que la luna bella, postrada a tus pies.
* Veníamos a ofrecerte las flores de este suelo; * con
cuánto amor y anhelo, Señora, tú lo ves.
* Tu poderosa mano defiéndanos, Señora, * y siempre,
desde ahora, a nuestro lado estés. |
ORACIÓN
A LA INMACULADA
CONCEPCIÓN
Inmaculada Madre de Dios, Reina
de los cielos, Madre de misericordia, abogada y refugio de los
pecadores: he aquí que yo, iluminado y movido por las
gracias que vuestra maternal benevolencia abundantemente me ha
obtenido del Tesoro Divino, propongo poner mi corazón
ahora y siempre en vuestras manos para que sea consagrado a Jesús.
A Vos, oh Virgen santísima,
lo entrego, en presencia de los nueve coros de los ángeles
y de todos los santos; Vos, en mi nombre, consagradlo a Jesús;
y por la filial confianza que os tengo, estoy seguro de que haréis
ahora y siempre que mi corazón sea enteramente de Jesús,
imitando perfectamente a los santos, especialmente a San José,
vuestro purísimo esposo. Amén.
San
Vicente Pallotti [1]
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ORACIÓN
¡Virgen
Santísima, que agradaste al Señor y fuiste su Madre;
inmaculada en el cuerpo, en el alma, en la fe y en el amor! Por
piedad, vuelve benigna los ojos a los fieles que imploran tu
poderoso patrocinio. La maligna serpiente, contra quien fue lanzada
la primera maldición, sigue combatiendo con furor y tentando
a los miserables hijos de Eva. ¡Ea, bendita Madre, nuestra
Reina y Abogada, que desde el primer instante de tu concepción
quebrantaste la cabeza del enemigo! Acoge las súplicas
de los que, unidos a ti en un solo corazón, te pedimos
las presentes ante el trono del Altísimo para que no caigamos
nunca en las emboscadas que se nos preparan; para que todos lleguemos
al puerto de salvación, y, entre tantos peligros, la Iglesia
y la sociedad canten de nuevo el himno del rescate, de la victoria
y de la paz. Amén.
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JACULATORIA
Bendita sea
la santa e Inmaculada Concepción de la Santísima
Virgen María, Madre de Dios. Avemaría.
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EJERCICIO
PIADOSO
A LA INMACULADA VIRGEN
Oh Dios, que
por la Inmaculada Virgen, preparasteis digna morada a vuestro
Hijo; os suplicamos que, así como a ella la preservasteis
de toda mancha en previsión de la muerte del mismo Hijo,
nos concedáis también que, por medio de su intercesión,
lleguemos a vuestra presencia puros de todo pecado. Por el mismo
Jesucristo, nuestro señor. Amén.
1. Bendita
sea la santa e inmaculada Concepción de la gloriosa Virgen
María, Madre de Dios. Avemaría.
2. Oh María,
que entrasteis en el mundo sin mancha de culpa, obtenedme de
Dios que pueda yo salir de él sin pecado. Avemaría.
3. Oh Virgen
María, que nunca estuvisteis afeada con la mancha del
pecado original, ni de ningún pecado actual, os encomiendo
y confío la pureza de mi corazón. Avemaría.
4. Por vuestra
Inmaculada Concepción, oh María, haced puro mi
cuerpo y santa el alma mía. Avemaría.
5. Oh María,
concebida sin pecado, rogad por nosotros, que recurrimos a Vos.
Avemaría. |