Santo Rosario
Cincuenta textos
bíblicos para meditar todas las avemarías de los
Misterios Gozosos
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La Virgen y el Niño.
1844
Paul Delaroche |
DÍAS:
LUNES Y JUEVES (TRADICIONAL) O LUNES Y SÁBADO (NUEVO)
"El primer ciclo, el de
los «misterios gozosos», se caracteriza efectivamente
por el gozo que produce el acontecimiento de la encarnación.
(...). Meditar los misterios gozosos significa adentrarse en
los motivos últimos de la alegría cristiana y en
su sentido más profundo. Significa fijar la mirada sobre
lo concreto del misterio de la Encarnación y sobre el
sombrío preanuncio del misterio del dolor salvífico".
(Juan Pablo II. Carta Apost. "Rosarium Virginis Mariae"). |
1º LA ANUNCIACIÓN
Padrenuestro.
1. El Ángel Gabriel fue enviado
por Dios a una Virgen (...) y el nombre de la Virgen era María.
(Lc. 1,26- 27). Avemaría.
2. Alégrate, llena de gracia,
el Señor es contigo. Bendita Tú entre las mujeres
y bendito el fruto de tu vientre. (Lc. 1, 28, 42). Avemaría.
3. Ella se turbó por estas palabras,
y discurría qué significaría aquel saludo.
(Lc. 1, 29). Avemaría.
4. El Ángel le dijo: no temas,
María, porque has hallado gracia delante de Dios. (Lc.
1, 30). Avemaría.
5. Concebirás y darás
a luz un hijo, al que pondrás por nombre Jesús.
(Lc. 1, 31). Avemaría.
6. El será grande y será
llamado Hijo del Altísimo; y su Reino no tendrá
fin. (Lc. 1; 32, 33). Avemaría.
7. María dijo al Ángel:
¿cómo será esto, pues no conozco varón?.
(Lc. 1, 34). Avemaría.
8. El Espíritu Santo descenderá
sobre Ti y el poder del Altísimo te cubrirá con
su sombra. (Lc. 1, 35). Avemaría.
9. Por eso el Hijo, en Ti engendrado,
será Santo, será Hijo de Dios. (Lc. 1, 35). Avemaría.
10. He aquí la esclava del Señor;
hágase en mi según tu palabra. (Lc. 1, 38). Avemaría.
Gloria al
Padre...
* * *
2º. LA
VISITACIÓN
Padrenuestro.
1. En aquellos días, se levantó
María y se fue con prontitud a la región montañosa;
entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.
(Lc. 1, 39-40). Avemaría.
2. Y en cuanto oyó Isabel el
saludo de María, saltó de gozo el Niño en
su seno, e Isabel quedó llena del Espíritu Santo.
(Lc. 1, 41). Avemaría.
3. Y en alta voz exclamó: ¡Bendita
Tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre!.
(Lc. 1, 42). Avemaría.
4. Bienaventurada Tú que has
creído, porque tendrán cumplimiento en Ti las promesas
que se han hecho de parte del Señor. (Lc. 1, 45). Avemaría.
5. Entonces María dijo: mi alma
glorifica al Señor y mi espíritu se regocija en
Dios, mi Salvador. Porque ha puesto sus ojos en la pequeñez
de su esclava. (Lc. 1, 46-48). Avemaría.
6. Mirad: ya desde ahora me aclamarán
bienaventurada todas las generaciones. Porque ha obrado en mi
cosas estupendas Aquél que es poderoso. (Lc. 1, 48, 49).
Avemaría.
7. Santo es su Nombre y su misericordia
alcanza en generaciones a los que le temen. (Lc. 1, 49-50). Avemaría.
8. Después la fuerza de su brazo
dispersó a los que son soberbios en su propio corazón.
(Lc. 1, 51). Avemaría.
9. Derribó a los potentados de
sus tronos y exaltó a los humildes. (Lc. 1, 52). Avemaría.
10. A los hambrientos colmó de
bienes y despidió a los ricos sin nada. (Lc. 1, 53). Avemaría.
Gloria al
Padre...
* * *
3º. LA
NATIVIDAD DEL SEÑOR
Padrenuestro.
1. Encontrándose allí,
le llegó el tiempo de su alumbramiento. (Lc. 2,6). Avemaría.
2. Y dio a luz a su Hijo primogénito,
y lo envolvió en pañales. (Lc. 2, 7). Avemaría.
3. Y lo acostó en un pesebre
porque no había sitio para ellos en la posada. (Lc. 2,
7). Avemaría.
4. Había en la misma comarca
algunos pastores, que dormían al raso y vigilaban por
turno durante la noche su rebaño. Se les presentó
el Ángel del Señor y la gloria del Señor
los envolvió en su luz. (Lc. 2, 8-9). Avemaría.
5. No temáis, pues os anuncio
una gran alegría, que lo será para todo el pueblo.
(Lc. 2, 10). Avemaría.
6. Os ha nacido hoy, en la ciudad de
David, un Salvador, que es el Cristo Señor. (Lc. 2, 11).
Avemaría.
7. Gloria a Dios en las alturas y paz
en la tierra a los hombres que El ama. (Lc. 2, 14). Avemaría.
8. Unos magos de Oriente se presentaron,
entraron en la casa, y vieron al niño con María,
su Madre. (Mt. 2; 1, 11). Avemaría.
9. Y postrándose, lo adoraron;
abrieron sus tesoros y le ofrecieron dones: oro, incienso y mirra.
(Mt. 2, 11). Avemaría.
10. María, por su parte, guardaba
todas estas cosas, y las meditaba en su corazón. (Lc.
2, 19).
Avemaría.
Gloria al
Padre...
* * *
4º. LA
PRESENTACIÓN DE JESÚS EN EL TEMPLO
Padrenuestro.
1. Cuando se cumplieron los días
de la purificación, según la Ley de Moisés,
lo subieron a Jerusalén para ofrecerlo al Señor.
Lc. 2, 22). Avemaría.
2. Había entonces en Jerusalén
un hombre llamado Simeón, justo piadoso, que esperaba
la consolidación de Israel. (Lc. 2, 25). Avemaría.
3. El Espíritu Santo le había
revelado que no moriría sin ver al Cristo del Señor
(Lc. 2, 26). Avemaría.
4. Movido por el Espíritu vino
al Templo; y, cuando los padres introdujeron al Niño Jesús,
para cumplir lo que la Ley prescribía sobre El, le tomó
en brazos y bendijo a Dios. (Lc. 2, 27-28). Avemaría.
5. Ahora, Señor, puedes dejar
a tu siervo ir en paz, según tu palabra. (Lc. 2, 29).
Avemaría.
6. Porque han contemplado mis ojos tu
salvación, la que has puesto a la vista de todos los pueblos.
(Lc. 2, 30-31). Avemaría.
7. Luz para iluminar a los gentiles
y gloria de tu pueblo Israel. (Lc. 2, 32). Avemaría.
8. Y se dirigió a María,
la Madre del Niño, para decirle: Este está predestinado
por Dios para ruina o resurgimiento de muchos en Israel, y será
signo de contradicción. (Lc. 2, 34). Avemaría.
9. Tu misma alma quedará atravesada
por una espada, para que se ponga de manifiesto la actitud que
ante El adopta cada uno. (Lc. 2, 35). Avemaría.
10. Después que hubieron cumplido
todo lo prescrito en la Ley del Señor, regresaron a Galilea,
a su ciudad de Nazaret. El niño crecía y se desarrollaba,
llenándose de sabiduría; y sobre El se manifestaban
las complacencias de Dios. (Lc. 2, 39-40). Avemaría.
Gloria al
Padre...
* * *
5º. LA
PÉRDIDA DEL NIÑO JESÚS
Y SU HALLAZGO EN EL TEMPLO
Padrenuestro.
1. Cuando (Jesús) tuvo doce años,
subieron ellos (a Jerusalén) como de costumbre a la fiesta.
(Lc. 2, 42). Avemaría.
2. Y pasados los días, al regresar
ellos, el Niño Jesús se quedó en Jerusalén
sin que sus padres se dieran cuenta. (Lc. 2: 43). Avemaría.
3. Y al no dar con Él, se volvieron
a Jerusalén, sin dejar de buscarlo. Al cabo de tres días
lo hallaron en el Templo. (Lc. 2, 45-46). Avemaría.
4. Sentado en medio de los doctores,
escuchándoles y haciendo a la vez sus preguntas. (Lc.
2, 46). Avemaría.
5. Todos los que le escuchaban estaban
asombrados de su talento y de las respuestas que daba. (Lc. 2,
47). Avemaría.
6. Hijo mío, ¿por qué
te has portado así con nosotros? Tu padre y yo te buscábamos
llenos de angustia. (Lc. 2, 48). Avemaría.
7. ¿Por qué me buscabais?
¿No sabíais que yo debo ocuparme en los asuntos
de mi Padre?. (Lc. 2, 49). Avemaría.
8. Pero ellos no comprendieron el alcance
de sus palabras. (Lc. 2, 50). Avemaría.
9. Descendió Jesús con
ellos, fue a Nazaret y les estaba sumiso. (Lc. 2,51). Avemaría.
10. Jesús crecía en sabiduría,
en edad y en gracia delante de Dios y de los hombres. (Lc. 2,
52). Avemaría.
Gloria al
Padre... |