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SÍMBOLO MARIANO |
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para imprimir folleto tríptico «Cuando un parecer es de algún modo honroso para la Virgen Santísima, y tiene algún fundamento, y no está en pugna con las verdades de fe y los decretos de la Iglesia, ni con la verdad ciertamente conocida, el no aceptarla o impugnarla, denota poca devoción a la Madre de Dios. No quiero yo ser del número de estos poco devotos, ni quisiera ver entre ellos a mis lectores; antes bien, querría fuésemos todos del número de los que todo cuanto sin error se puede creer de las grandezas de la Virgen, todo llana y firmemente lo creen, lo cual es una de las cosas más agradables a María.» San Alfonso María Ligorio |
1.- | Creo que la Santísima Virgen fue predestinada desde la eternidad, no a la gracia y a la gloria principalmente, como los demás hombres, sino que fue predestinada principalmente para ser la Madre del Redentor y Corredentora del género humano. |
2.- | Creo, por consiguiente, que se ha de decir de la Santísima Virgen lo que se dice de Jesucristo, aunque en menor grado y con subordinación a El. |
3.- | Creo, con San Bernardo, que «por María fueron inspiradas las Sagradas Escrituras y de María nos hablan todas ellas; que por María fue creado el mundo, y porque María fue llena de gracia, por Ella bajó del cielo la majestad de Dios y por Ella es exaltado el hombre hasta los cielos». |
4.- | Creo que María es verdadera y propiamente Madre de Dios, dignidad infinita en su género, porque no cabe otra más excelente en pura criatura. |
5.- | Creo que fue concebida sin mancha de pecado original, ni tuvo jamás pecado personal alguno, ni aun sombra de pecado. |
6.- | Creo que fue siempre Virgen, antes del parto, en el parto y después del parto. |
7.- | Creo en su gloriosa Asunción a los cielos en cuerpo y alma. |
8.- | Creo que la Virgen Santísima redimió al genero humano en colaboración esencial con su Hijo, por lo que merece con toda verdad y propiedad el título de Corredentora. |
9.- | Creo que, por esta su colaboración a la Redención, fue constituida por Dios Tesorera y Dispensadora de todas las gracias que se dispensarán a los hombres hasta el fin de los siglos. |
10.- | Creo, por tanto, que la gracia de la perseverancia final o buena muerte, como las demás, nos viene por las manos de la Santísima Virgen. |
11.- | Creo que la devoción a la Santísima Virgen es moralmente necesaria para salvarnos. |
12.- | Creo que no sólo el ser devoto de la Santísima Virgen es señal de predestinación, sino que «haber recibido, a lo menos, la gracia de pensar con frecuencia y con dulzura en María es una gran señal de merecer el cielo». |
13.- | Creo que María es nuestra Madre, porque de su libre consentimiento dependió la Encarnación y la muerte de su Hijo, nuestra Vida. |
14.- | Creo que la Santísima Virgen nos ama a todos y a cada uno con amor inmenso, del que no es ni sombra el amor de todas las madres juntas a sus hijos. |
15.- | Creo que la Santísima Virgen es la Reina del Universo, a cuya voluntad obedecen todos y todo en los cielos, en la tierra y en los abismos. |
16.- | Creo que la Santísima Virgen es abogada y refugio y única esperanza de los pecadores. |
17.- | Creo que no hay pecador tan lleno de crímenes que si a Ella se encomienda, no alcance el perdón y el cielo. |
18.- | Creo que la Santísima Virgen se ofende, no sólo de los que la injurian, sino de los que no se encomiendan a Ella y confían totalmente en su patrocinio. |
19.- | Creo que es tan benigna y poderosa que "aun al diablo sacaría del infierno y llevaría de nuevo a la gloria si, humillándose, pidiera perdón a Dios e implorase la ayuda de María", lo que, sin embargo, por Soberbia no hará jamás. |
20. | Creo, con San Alfonso de Ligorio, que "sólo con que tengamos la dicha de morir delante de una imagen de María pronunciando su nombre o pidiéndole misericordia, iremos ciertamente al cielo". |
21.- | Creo que la verdadera devoción a la Santísima Virgen consiste en imitar sus virtudes y ejemplos. |
22.- | Creo, sin embargo, que aun la devoción imperfecta del pecador que la honra constantemente con algún obsequio, aunque sea pequeño, no se perderá eternamente. |
23.- | Creo que, siendo Ella nuestra vida y el camino seguro para ir a Cristo, quien no profesa una devoción singular a María carece de vida espiritual. |
24.- | Creo que no hay pecador o impío por obstinado que se halle, que si pronuncia con respeto y devoción el nombre de María, no alcance la gracia de la conversión. |
25.- | Creo que delante de Dios tiene más eficacia un suspiro de la Santísima Virgen que todas las oraciones de los ángeles, bienaventurados y hombres juntos. |
26.- | Creo, en fin, que la Santísima Virgen alivia y favorece de modo especial en el purgatorio a las almas que le fueron en esta vida particularmente devotas. |
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