ORACIÓN
I
Oh glorioso San Blas, que con
vuestro martirio habéis dejado a la Iglesia un ilustre
testimonio de la fe, alcanzadnos la gracia de conservar este
divino don, y de defender sin respetos humanos, de palabra y
con las obras, la verdad de la misma fe, hoy tan combatida y
ultrajada.
Vos que milagrosamente salvasteis
a un niño que iba a morir desgraciadamente del mal de
garganta, concedednos vuestro poderoso patrocinio en semejantes
enfermedades; y sobre todo obtenedme la gracia de la mortificación
cristiana, guardando fielmente los preceptos de la Iglesia, que
tanto nos preservan de ofender a Dios. Así sea.
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ORACIÓN
II
Milagroso San Blas, que lleno
de júbilo, en el camino a la cárcel, obrasteis
prodigios y salvasteis la vida de un niño que se moría
ahogado por una espina que tenía atravesada en la garganta,
alcanzadnos del Señor la gracia de vernos libres de todas
las enfermedades de lo garganta y emplear a ésta siempre
para la gloria de Dios y bien de nuestras almas. Así sea.
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ORACIÓN
III
San Blas, santo pontífice
y mártir, que, perseguido, te agradaba la penitencia del
desierto, y con tus milagros convertiste numerosos paganos, te
rogamos nos libres de los males de garganta, y nos concedas la
voz; para dar testimonio de la fe con nuestra palabras, y gozar
algún día del cielo en tu compañía.
Así sea. |