- Festividad:
25 de marzo.
- También
conocido como Dimas [2]
- Fecha de canonización:
alrededor del año 30 por el mismo Jesús.
- Patrón:
prisioneros condenados, encarcelados, moribundos, ladrones arrepentidos,
directores de funerarias, enterradores.
Señor,
te lo suplico, concédeme en primer lugar reconocerte como
lo hizo el Buen Ladrón, y reconociéndote, reconocerme
pecador y glorificarte a Ti, que inocente sufriste por los pecadores.
Señor, concédeme, te lo suplico, desear, pedir
y obtener lo que el ladrón te pedía: "Acuérdate
de mí, Señor, cuando estés en tu Reino".
Amén.
San
Beda el Venerable (672 735)
|
El buen ladrón
mira a Jesús (detalle)
de Christoph Bockstorfer. 1524 |
ORACIÓN
AL BUEN LADRÓN I
Oh bienaventurado
ladrón, que recibiste la gracia de compartir los sufrimientos
de mi Salvador. Junto a Jesús clavado en su cruz estabas
tú, donde hubiera querido estar yo: pecador arrepentido,
y compasivo. Tu cabeza inclinada hacia el divino crucificado
es también la imagen de la mía. La mayoría
de los hombres han amado a Cristo en sus milagros y en su gloria.
Pero tú le has amado en su abandono, en sus dolores, en
su agonía. Obtenme a mí, que también soy
ladrón, que a la hora de mi muerte reciba piedad, y ternura,
y que los últimos latidos de mi pobre corazón sean
como el tuyo, en unión de amor con el de Cristo Jesús
muriendo por nosotros. Amén.
Félix
Antoine Savard
ORACIÓN
AL BUEN LADRÓN II
Santo Buen
Ladrón, que eres el único santo penitente que ha
sido canonizado por el mismo Jesucristo, tú que en el
mismo día de tu muerte recibiste la certeza de tener un
sitio en el cielo junto a Jesús, por esa confesión
sincera llena de arrepentimiento que desde ese confesionario
abierto que es la cruz hiciste en el tribunal del Calvario mientras
permanecías junto a Él suspendido en la cruz; tú
que antes de que el centurión lo atravesara con su lanza,
con tu acto de arrepentimiento y de amor has abierto el Corazón
de Jesús a la misericordia y al perdón; tú
que para darle una palabra de aliento en su suprema agonía
has tenido tu cabeza más cerca de Él que la de
su querida madre; tú que supiste orar tan bien, enséñame
las palabras con que debo dirigirme a Él para obtener
su perdón y la gracia de la perseverancia final; tú
que ahora estas tan cerca de Él en el cielo como lo estuviste
en sus últimos momentos sobre la tierra, intercede por
mí ante Él para que no lo abandone nunca, y así,
al terminar los días de mi vida en la tierra, pueda escuchar
también yo las palabras que Él mismo te dirigió:
"Hoy mismo estarás conmigo en el paraíso."
1.
Compañero de suplicio de Jesús, es el santo de
la gran misericordia divina: tras confesar su culpa y fe en Jesús,
sus pecados fueron perdonados. Así, en un instante, cambió
su condición de ladrón por el de santo, obteniendo
su entrada en el paraíso aquel mismo día. Con razón
San Ambrosio comenta de este episodio: "Nadie hay que pueda
considerarse excluido de la piedad de Dios, ya que el ladrón
fue recibido". Las oraciones de esta página están
tomadas del libro "El Buen Ladrón. Misterio y misericordia"
de André Daigneault, publicado por Voz de Papel (2014).
[Volver]
2. El nombre
de Dimas no aparece en los Evangelios y procede de textos apócrifos.
Debido a esto, el nombre de Dimas no figura en la listas más
recientes de los santos, como el martirologio romano. La Iglesia
se refiere a él simplemente como el Buen Ladrón.
[Volver] |