Por la señal,
etc.
Señor mío Jesucristo, etc.
ORACIÓN PREPARATORIA
PARA TODOS LOS DÍAS
Señor Dios nuestro,
que en los designios de vuestra bondad adorable predestinasteis
a San Antonio María Claret para el ministerio apostólico
de la salvación de las almas y le previnisteis con especiales
dones de gracia, a fin de que fuera dechado de santidad en los
distintos estados de la vida cristiana. Yo os alabo y doy gracias
por los tesoros de virtud que depositasteis en su alma, sobre
todo aquel espíritu de caridad con que acogía a
cuantos recurrían a él en sus necesidades espirituales
y temporales. Concededme la gracia de saber seguir sus ejemplos
e imitar sus virtudes, y especialmente la que vengo a pediros
en esta Novena mediante su poderosa intercesión ante Vos.
Os la pido también por el Corazón Inmaculado de
María, de cuyas glorias y misericordia le hicisteis apóstol
predilecto. Amén.
Rezar a continuación
la oración del día que corresponda:
DÍAS
1 | 2 | 3
| 4 | 5 | 6
| 7 | 8 | 9
Terminar
cada día con estas invocaciones y la oración final.
INVOCACIONES PARA TODOS
LOS DÍAS
1. Glorioso San Antonio María,
Confesor y Pontífice de la Iglesia: alcánzanos
tu amor a la Iglesia santa y una fidelidad inquebrantable a todas
sus enseñanzas y preceptos. Padrenuestro, Avemaría
y Gloria.
2. Glorioso San Antonio María,
Apóstol de la Santísima Virgen: alcánzanos
tu devoción a su Inmaculado Corazón, y mediante
ella la salvación de nuestras almas. Padrenuestro, etc.
3. Glorioso San Antonio María,
ilustre Fundador de Congregaciones religiosas: alcánzanos
un ardiente amor a Jesús, para seguir sus pasos hasta
la cumbre de la perfección cristiana. Padrenuestro, etc.
ORACIÓN FINAL PARA
TODOS LOS DÍAS
V. Ruega por nosotros, San Antonio María.
R. Para que seamos dignos de las promesas
de Jesucristo.
Señor Dios, que adornasteis
con virtudes apostólicas a vuestro bienaventurado Confesor
y Pontífice Antonio María, y por su medio reunisteis
en la Iglesia nuevas familias de clérigos y de vírgenes:
os suplicamos nos concedáis que, instruidos con sus saludables
enseñanzas y confortados con sus ejemplos, podamos felizmente
llegar a Vos. Por nuestro Señor Jesucristo. Amén. |
DÍA PRIMERO
Inocencia angelical
Comenzar con la oración
preparatoria de todos los días.
MEDITACIÓN
Considera los admirables ejemplos de virtud que desde su más
tierna infancia da San Antonio María Claret. Nace en Sallent
de unos padres cristianos, modestos tejedores, que se distinguían
más por sus virtudes cristianas que por su fortuna. De
ellos aprende el santo temor de Dios, la piedad y un espíritu
de fe viva que le hace pensar con frecuencia en la eternidad
y en la desgracia de los condenados. Distínguese por su
modestia, por su obediencia y sobre todo por su inocencia, que
él cultiva con una tierna devoción a la Santísima
Virgen y a la divina Eucaristía. En medio de sus juegos
infantiles sentía interiormente una voz que le llamaba;
y obediente a ella, acudía al templo a los pies de la
imagen de María o del sagrario. Así santificó
su infancia y conservó intacta la inocencia bautismal.
INVOCACIÓN
¡Oh glorioso Antonio María, que, prevenido con bendiciones
de dulzura, consagraste al Señor tu inocencia, que después
guardaste incólume por toda la vida! Infúndenos
amor ferviente a la gracia de Dios, para que la guardemos celosamente
como el más grande de los tesoros, y la recobremos inmediatamente
si alguna vez tuviéramos la desgracia de perderla.
Pídase ahora las
gracias que deseen obtenerse mediante la Novena. Concluir con
la oración final.
__________
DÍA SEGUNDO
Vida de trabajo
Comenzar con la oración
preparatoria de todos los días.
MEDITACIÓN
San Antonio María fue en toda su vida modelo perfectísimo
del trabajo cristianamente aceptado y cumplido. Ya de niño,
sus padres le pusieron en el telar, para ayudar a las necesidades
de la casa. Antonio se entregó a las labores textiles
con todo empeño, mostrando en ellas extraordinarias habilidades
y acompañando el trabajo con la práctica de la
piedad y el rezo del santo Rosario. Joven, fue a los grandes
centros fabriles de Barcelona, donde con su constante laboriosidad
ganó la confianza de todos y los primeros puestos en el
arte. Seminarista, alternaba la oración y el estudio.
Sacerdote, fue infatigable misionero, recorriendo a pie los pueblos,
predicando innumerables sermones, dando largas horas al confesionario,
robando al sueño la mayor parte de la noche, que dedicaba
a la oración, al estudio, a la composición de innumerables
libros y opúsculos. Sólo por su trabajo extraordinario
y asiduo pueden explicarse las portentosas obras y empresas que
realizó en su vida. Para él, el trabajo, acompañado
siempre de la oración, fue alimento de su vida espiritual,
medio de apostolado, contribución a la obra redentora
de Cristo. Así debe serlo para el cristiano.
INVOCACIÓN
¡Oh glorioso San Antonio María, que joven artesano,
supiste huir los peligros del mundo, y en la práctica
de la piedad y en la aplicación al trabajo cotidiano encontraste
el medio de santificar el alma y conservar puro y fuerte el cuerpo!
Enséñanos a comprender la virtud santificadora
del trabajo cristianamente cumplido, y alcánzanos la gracia
de que a tu imitación sepamos santificar nuestra vida
en la práctica de las obligaciones de nuestro estado.
Amén.
Pídase ahora las
gracias que deseen obtenerse mediante la Novena. Concluir con
la oración final.
__________
DÍA TERCERO
Fidelidad a
la vocación
MEDITACIÓN
Era Antonio todavía muy niño cuando sintió
vivos deseos de ser sacerdote y emprendió el estudio para
prepararse a serlo. Por obedecer a su padre lo suspendió
por algunos años, hasta que, experimentando más
fuerte el divino llamamiento, comenzó en el seminario
de Vich la carrera eclesiástica. ¡Qué fidelidad
la suya a la vocación divina, en superar toda clase de
dificultades, ya cuando seminarista, ya cuando sacerdote! ¡Qué
docilidad la suya a las inspiraciones de la gracia, al consejo
de sus directores, a la voluntad de su Superior eclesiástico!
Por corresponder a ella, va a Roma, regresa a la Península,
emprende las misiones, va a los pueblos que se le señalan,
acepta el arzobispado y después el cargo de confesor real.
Su espíritu estaba siempre presto a escuchar la voz de
Dios en cualquiera de sus manifestaciones; su voluntad, resuelta
a seguir la divina voluntad hasta el heroísmo y la muerte.
Así realizó los designios de Dios, designios providenciales
para España y para la Iglesia. Así fue un hombre
según el corazón de Dios.
INVOCACIÓN
¡0h glorioso San Antonio María, que apenas sentiste
la vocación de Dios a un ministerio más alto y
heroico, renunciaste al lisonjero porvenir que el mundo te ofrecía,
abrazando el estado eclesiástico! Alcánzanos la
gracia de ser siempre dóciles a las celestes inspiraciones,
para que, aun a costa de dolorosos sacrificios, sepamos seguir
el divino llamamiento y servir al Señor en el puesto en
que él quiere le glorifiquemos. Amén.
Pídase ahora las
gracias que deseen obtenerse mediante la Novena. Concluir con
la oración final.
__________
DÍA CUARTO
Vida de celo
Comenzar con la oración
preparatoria de todos los días.
MEDITACIÓN
San Antonio María Claret es llamado el apóstol
del siglo XIX. Y eso fue toda su vida: de celo y apostolado.
Desde niño le infundió el Señor ardiente
deseo de salvar las almas, y ese celo fue creciendo toda su vida.
Se hizo misionero apostólico y se entregó totalmente
a la obra de las misiones, recorriendo toda Cataluña,
Canarias, la archidiócesis de Cuba y después la
mayor parte de España, anunciando apostólicamente
la palabra de Dios en misiones, ejercicios y toda clase de predicación:
a toda clase de personas, en todos los lugares, en las ciudades
más populosas como en las más pequeñas aldeas.
Acompañó este apostolado de la palabra con el de
la prensa, publicando innumerables libros y opúsculos,
difundiendo toda clase de buenas lecturas, fundando asociaciones
para la propaganda religiosa. Y lo completó con el apostolado
del buen ejemplo, en la palabra, en todo su porte, en toda su
vida santísima, que trascendía a Dios y que sólo
buscaba las almas para llevarlas a Dios.
INVOCACIÓN
¡Oh glorioso San Antonio María, que ungido sacerdote
del Señor, no pensaste en otra cosa, ni ambicionaste sino
evangelizar a los pobres y humildes y retornar a Dios a los pecadores
arrepentidos, renovando en tu vida y persona las maravillas y
hechos de los Apóstoles! Alcánzanos que, encendidos
en el celo de las almas, nos empleemos en llevar a Dios a nuestros
hermanos extraviados, con la palabra, con el ejemplo y con la
oración, siendo así verdaderos testigos y apóstoles
de Cristo. Amén.
Pídase ahora las gracias que deseen obtenerse mediante
la Novena. Concluir con la oración final.
__________
DÍA QUINTO
Vida de oración
Comenzar con la oración
preparatoria de todos los días.
MEDITACIÓN
El celo apostólico de San Antonio María era fruto
de su amor a Dios y se alimentaba en su vida interior, en su
vida de oración. Cultivó siempre la oración,
la mental como la vocal, dedicándose a una y a otra todos
los días. Rezaba diariamente las tres partes del Rosario,
el Viacrucis, el santo Trisagio y muchas otras devociones. Visitaba
diariamente el Santísimo Sacramento. Por los caminos rezaba
distintas devociones, y al llegar a los pueblos invocaba a los
Santos y Ángeles tutelares de los mismos. Dedicaba algunas
horas diarias a la oración mental, robándolas al
sueño de la noche, diciendo que se creería perdido
el día que hubiera abandonado la oración. Fomentaba
este espíritu con el recogimiento y la presencia de Dios;
y para ello se había fabricado un oratorio espiritual
en su corazón, donde día y noche adoraba a Dios,
suplicándole continuamente por sí y por los demás.
Por eso el Señor le favoreció con gracias extraordinarias
y con comunicaciones sobrenaturales y dio fruto copiosísimo
a todos sus trabajos y empresas.
INVOCACIÓN
¡Oh glorioso San Antonio María, que en el trato
continuo con Dios por la oración transformaste toda tu
vida hasta no vivir sino en Cristo y para Cristo, en los pensamientos,
en los afectos y en las obras! Alcánzanos el espíritu
de oración, danos a conocer su excelencia y necesidad,
enséñanos la práctica de la piedad cristiana,
para que mediante la oración aprendamos a vivir cristianamente,
a santificar nuestras obras y con el cumplimiento de nuestros
deberes conseguir la vida eterna. Amén.
Pídase ahora las gracias que deseen obtenerse mediante
la Novena. Concluir con la oración final.
__________
DÍA SEXTO
Vida de penitencia
MEDITACIÓN
No es posible la vida cristiana sin el espíritu de penitencia,
ni menos la santidad sin la práctica de la mortificación.
¡Qué ejemplo nos da de ello San Antonio María
Claret! La comenzó ya de joven, y le acompañó
toda la vida. Tres días a la semana se ponía el
cilicio; otros tres se disciplinaba; ayunaba los viernes y sábados.
De estudiante, se levantaba muchas veces de la cama, exclamando:
«¡Señor! ¿Vos en un pesebre, y yo en
una cama? ¡Jesús mío! ¿Vos en la cruz,
y yo en un blando lecho?» Y se entregaba así a la
penitencia. En su vida de misionero, comía frugalísimamente;
no probaba la carne ni el vino; dormía muy poco, y las
más de las veces, recostado en una silla; hacía
siempre los viajes a pie, privándose de todo refrigerio.
Más extraordinarias fueron sus penitencias cuando arzobispo
y cuando confesor real, por las especiales circunstancias en
que se mantenía fiel a su plan de austeridad y de privaciones.
Y a estas mortificaciones voluntariamente tomadas, ¿cómo
no sumar las que le venían de los mismos ministerios,
de los elementos, de la persecución de los malos? Bien
pudo exclamar, al fin de su vida, que llevaba en su carne los
estigmas de Jesucristo.
INVOCACIÓN
¡0h glorioso San Antonio María, que por el ejercicio
constante de la penitencia y por la paciencia admirable en sufrir
toda clase de persecuciones llevaste impresa en tu cuerpo la
mortificación de Cristo, viviendo crucificado al mundo
y a la carne! Alcánzanos el espíritu de penitencia
con que sepamos dominar las pasiones, huir de los falsos halagos
del mundo y seguir a Jesús por el camino de la cruz, hasta
merecer los premios de la. gloria. Amén.
Pídase ahora las gracias que deseen obtenerse mediante
la Novena. Concluir con la oración final.
__________
DÍA SÉPTIMO
Espíritu
de humildad
Comenzar con la oración
preparatoria de todos los días.
MEDITACIÓN
Enseñan los Santos que la humildad es el fundamento de
la perfección, la primera virtud del cristiano. Sobre
este fundamento trató San Antonio María de levantar
el templo de su santidad. Por ello se entregó tan completamente
a su ejercicio. Con la consideración de su nada, con la
meditación de las divinas excelencias, con el examen diario
sobre esta virtud; sobre todo, con el ejercicio constante de
actos de humildad. Por más de veinte años llevó
el examen particular sobre el ejercicio de esta virtud. Hacer
actos públicos de humildad, como besar los pies de los
otros, servirles en la mesa, hacer los oficios más abyectos,
fue práctica frecuente de toda su vida, aun cuando arzobispo
y confesor real. Sobre todo, su humildad brilló heroica
en el silencio y paz con que sufrió las más horribles
calumnias en su fama y en su vida, sin salir nunca en propia
defensa ni permitir que otros lo hicieran. Ni las aclamaciones
le ensalzaban, ni la persecución le abatía; con
igual modestia y sencillez en las dignidades que en la oscuridad
de sus ministerios apostólicos; llano con los pobres y
menesterosos, fuerte y desinteresado con los grandes. Buscaba
siempre a Dios; quería imitar a Jesús, manso y
humilde de corazón.
INVOCACIÓN
¡Oh glorioso San Antonio María, que, para seguir
más perfectamente a Jesús, te abrazaste con las
humillaciones y los desprecios, no buscando más que la
gloria de Dios en todo! Alcánzanos la humildad de corazón,
con la que sepamos combatir la soberbia de la vida, someternos
en todo a la divina voluntad y glorificar a Dios en esta vida
para poseerlo felizmente en la eterna. Amén.
Pídase ahora las
gracias que deseen obtenerse mediante la Novena. Concluir con
la oración final.
__________
DÍA OCTAVO
Vida mariana.
Comenzar con la oración
preparatoria de todos los días.
MEDITACIÓN
San Antonio María tuvo una verdadera piedad filial para
con la Santísima Virgen; la amó y honró
siempre como a Madre ternísima. De niño, se complacía
en visitar sus imágenes; de tejedor, le rezaba todos los
días las tres partes del Rosario; de estudiante, se alistó
en sus asociaciones, para venerarla más fielmente; sacerdote,
se consagró como esclavo suyo de amor; misionero, predicó
incansable sus glorias y propagó las prácticas
de devoción y sus asociaciones, especialmente el santo
Rosario y la devoción a su Inmaculado Corazón,
cuya archicofradía estableció en todas las parroquias
de la archidiócesis de Santiago. ¡Con qué
ternura filial amaba al Corazón Inmaculado de María!
Y ¡cuán maternalmente pagó la Santísima
Virgen esta piedad de su' Siervo! ¡Cuántas veces
le libró de la muerte, le dió victoria en las tentaciones
y peligros, hizo fructuosísimos todos sus ministerios!
INVOCACIÓN
¡Oh glorioso San Antonio María, que ya desde los
tiernos años escogiste a la Santísima Virgen por
madre y maestra de vuestra vida espiritual, logrando así
llegar a las más altas cumbres de la santidad! Alcánzanos
para con ella verdadera piedad de hijos; que conozcamos sus grandezas
y excelencias, que sintamos el atractivo de su Corazón
maternal, para mejor conocer, amar y servir a su Santísimo
Hijo, nuestro Señor Jesucristo. Amén.
Pídase ahora las
gracias que deseen obtenerse mediante la Novena. Concluir con
la oración final.
__________
DÍA NOVENO
Vida eucarística
Comenzar con la oración
preparatoria de todos los días.
MEDITACIÓN
El sagrario fue el hogar donde se formó la vida espiritual
de San Antonio María y donde continuamente se encendían
su amor a Dios y su celo por las almas. Para eso visitaba frecuentísimamente
a Jesús Sacramentado, pasaba largo tiempo meditando su
amor, celebraba fervorosamente la santa Misa y de mil modos practicaba
su devoción para con la Eucaristía. ¡Cómo
deseaba unirse con Jesús! «Yo me abrazo espiritualmente
con Jesús -decía-, y en este abrazo pasaría
toda la eternidad.» Y añadía: «Oh Jesús!
Cuando en la santa Misa pronuncio las palabras de la consagración,
la sustancia del pan y del vino desaparecen... Pronunciad sobre
mí las palabras de la consagración: consagradme,
Jesús mío, para que yo desaparezca, y bajo mis
apariencias viváis únicamente Vos.» ¡Cómo
correspondió el Señor a este amor de su Siervo,
uniéndole a sí, concediéndole el favor de
conservarse milagrosamente en su interior las especies sacramentales
de una comunión a otra, convertido de este modo como en
un sagrario viviente!
INVOCACIÓN
¡Oh glorioso San Antonio María, amantísimo
de Jesús Hostia, sagrario viviente de la Eucaristía!
Alcánzanos aquella tu ardentísima devoción
a este santo misterio; que lo veneremos con fe, que lo recibamos
con amor, que sea siempre nuestro alimento espiritual acá
en la tierra, para que podamos verlo, adorarlo y gozarlo en el
cielo. Amén.
Pídase ahora las
gracias que deseen obtenerse mediante la Novena. Concluir con
la oración final.
1. El autor de esta novena es R. P.
G. Martínez Antoñana, misionero Hijo del sagrado
Corazón de María y lleva licencia eclesiástica.
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