ORACIÓN
I
Glorioso y
venerado San Damián: Sois modelo y patrono de los leprosos.
Por vuestro amor os entregasteis en cuerpo y alma al cuidado
de los leprosos de Molokai. Yo, impulsado por la confianza que
me inspira tu valimiento poderoso ante Dios y tu caridad hacia
los más necesitados, acudo a ti. Llena mi corazón
de amor hacia los más necesitados, alcánzame un
gran espíritu de fe, saber aceptar y ofrecerte todas las
contrariedades de la vida y poder gozar un día de vuestra
compañía en el cielo. Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
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ORACIÓN
II
Oh dulcísimo
Jesús, que con tus palabras y tus ejemplos nos has predicado
tan elocuentemente el precepto de amar al prójimo, dígnate
glorificar esa misma caridad cristiana, coronando con la aureola
de los Santos a tu siervo san Damián que, inflamado en
tu amor, quiso vivir y morir al servicio de los pobres leprosos
de Molokai.
Un padrenuestro
y cinco avemarías pidiendo el reinado del Sagrado Corazón
diciendo tres veces estas jaculatorias:
"Corazón
divino de Jesús, venga a nosotros tu Reino".
"María,
Reina de los Apóstoles, ruega por nosotros." |