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DÍA SEGUNDO
Dulcísimo Jesús
mío, mi Redentor, y Señor, yo os doy inmortales
gracias por todas las mercedes que vuestra infinita benignidad
concedió al glorioso Padre San Ramón No-nacido.
Tantas maravillas obró vuestra Majestad en vuestro siervo
San Ramón, que me dan motivo para valerme de su intercesión,
para que Vos, Dios mío, por sus ruegos y merecimientos
cumpláis esta mi petición, a mayor honra y gloria
vuestra; espero en Vos, Jesús de mi alma, que pues a los
que se han valido de tan grande Santo habéis socorrido
en sus necesidades, me socorráis también las mías.
Amén. Concluir con la oración
final para todos los días.
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DÍA TERCERO
¡Oh, Reina Purísima
de la Merced, Madre de los necesitados y afligidos! A Vos vengo
como hijo indigno que soy de tan grande Madre, para rendiros
mil veces las debidas gracias, de tantos y tan grandes favores
con que favorecisteis a vuestro siervo San Ramón No-nacido,
de cuya intercesión me valgo en la presente ocasión
para obtener el favor que pido en esta Novena. Confío
que vos, soberana Reina, así como no le negasteis cosa
al glorioso Santo de cuanto os pidió en la tierra, no
le negareis ahora vuestra intercesión para con vuestro
Santísimo hijo Jesús, a fin de que me conceda la
gracia que deseo, para gloria vuestra, de vuestro Unigénito
Hijo y bien de mi alma. Amén. Concluir con la oración
final para todos los días.
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DÍA CUARTO
Dios y Señor mío,
yo os ofrezco los méritos de la santa obediencia de vuestro
grande siervo el glorioso Cardenal San Ramón No-nacido,
y os suplico que por ellos me concedáis una perfecta y
total obediencia, con la cual obedezca yo en todo y por todo
a vuestras divinas inspiraciones, a los preceptos de la Santa
Iglesia, y en particular os ruego que, por los mismos merecimientos
me despachéis la petición que por mano del glorioso
Santo os ofrezco. Amén. Concluir con la oración
final para todos los días.
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DÍA QUINTO
Señor y Dios mío,
yo indigno hijo vuestro, me postro delante de vuestra presencia,
y os presento aquella santa y suma pobreza con que vivió
el glorioso San Ramón No-nacido, suplicándoos de
todo mi corazón, que por los merecimientos que adquirió
vuestro Santo con el ejercicio de tan grande virtud, queráis
purificar este mi corazón, comunicándome una verdadera
pobreza y desnudez de espíritu, con la cual esté
mi alma totalmente despegada de todo lo transitorio, y unida
con el amor Divino. Y en particular os ruego, os dignéis
favorecerme con la gracia que pido, a mayor honra y gloria vuestra.
Amén. Concluir con la oración
final para todos los días.
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DÍA SEXTO
Dios y Señor mío,
pues que os habéis mostrado tan amante de la pureza, queriendo
que el eterno Verbo tomase carne de una purísima Virgen
desposada, yo os presento, Señor, la angélica pureza
de vuestro castísimo siervo San Ramón No-nacido.
Y por los méritos que correspondieron a la virginidad
de tan gran Santo, os suplico queráis quitar todas las
manchas de mi alma, para que así sea digna de unirse con
Jesucristo, y quede dispuesta para recibir el favor que pido
en esta Novena. Amén. Concluir con la oración
final para todos los días.
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DÍA SÉPTIMO
Dios y Señor mío,
Vos sólo sabéis aquel ardor soberano, con que siempre
os estuvo amando, y deseando amaros más y más vuestro
gran siervo y amigo San Ramón No-nacido, ansioso siempre
de que todos los humanos corazones se abrasasen en divinos amores.
Yo, confiado en vuestra misericordia infinita, os suplico humildemente,
que por aquel corazón del Serafín San Ramón,
os dignéis de abrasar el mío con llamas de vuestro
amor y favorecerme con el despacho de la merced que os pido,
por los merecimientos de la ardiente caridad de este gran Santo,
mi abogado. Amén. Concluir con la oración
final para todos los días.
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DÍA OCTAVO
Dios y Señor mío,
con toda la humildad en mí posible, vengo a pediros un
favor, valiéndome de los grandes merecimientos que tuvo
San Ramón No-nacido: por el ejercicio heroico de su humildad
profunda, alcanzaba de Vos lo que os suplicaba; la misma humildad
de vuestro Santo os ofrezco, para que por ella me hagáis
de tal manera humilde, que por vuestro amor deje mi propia estimación.
Asimismo os ruego os dignáis concederme, para gloria vuestra
y salvación mía, la merced que os pido. Amén.
Concluir con la oración final para todos
los días.
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DÍA NOVENO
Eterno y Omnipotente Dios y
Señor mío, hoy es el último día de
esta mi Novena, y si hasta ahora no he sabido disponerme para
alcanzar el favor que deseo, os suplico me deis luz para debidamente
disponer mi alma; y para que lo hagas te presento los martirios,
trabajos, aflicciones, azotes y demás penas que tuvo el
glorioso San Ramón No-nacido. Así, por tan grandes
méritos que alcanzó por estas penas, concededme,
Señor, un deseo fervoroso de padecer por Vos, y un cumplimiento
a mi petición que todos estos nueve días ha pedido
y pido, para honra vuestra y de mi glorioso Santo. Amén.
Concluir con la oración final para todos
los días. |
ORACIÓN
FINAL PARA TODOS LOS DÍAS
¡Oh Gloriosísimo
San Ramón No-nacido! De todo corazón me gozo de
que la majestad soberana de nuestro Dios y Señor os haya
hecho tan grande Santo, adornándoos con tantas prerrogativas
y mercedes; de todas las cuales doy a la Santísima Trinidad
infinitas e inmortales gracias, y a Vos, Santo mío, mil
parabienes.
Por esos admirables favores,
y por la sangre que vertieron vuestros santos labios con el penoso
martirio del candado, os suplico humildemente intercedáis
ante la Divina Majestad por el aumento de la Santa Fe católica,
la extirpación de las herejías, la quietud y sosiego
de los reinos cristianos, la conversión de los infieles,
y libertad de los pobres cautivos cristianos. También,
Santo mío, os pido seáis mi intercesor, para que
así como perseverasteis muchas horas vivo dentro del cuerpo
de vuestra madre difunta, así esta mi pobre alma persevere
viva en la vida de la gracia, dentro de la cárcel de este
corruptible cuerpo, y salga de él a su tiempo en paz,
para alabar a Dios en compañía de los Ángeles
y Santos, por toda la eternidad; y para que mejor lo pueda conseguir,
os suplico me alcancéis el favor que ahora os voy a pedir:
(Hágase aquí
la petición)
Así confío lo
haréis, amantísimo Padre mío, pues de Vos
se dice alcanzáis de Dios todo cuanto vuestros devotos
os piden, estando ellos afligidos; pero si acaso ha de ser para
mayor gloria de Dios, y bien de mi alma el que se dilate, o no
consiga la gracia que deseo, alcanzadme, Santo mío, perfecta
resignación en la voluntad de mi Dios y Señor,
para que así quede mi alma en paz, mientras el Señor
me conserve la vida, y después, por medio de una dichosa
muerte llegue a gozar las delicias de la eterna Patria. Amén.
ANTÍFONA. Oh, Bienaventurado Ramón, que con todo
su corazón amó a Cristo, y para ejemplo de su caridad
no dudó en quedarse cautivo por librar a los cautivos.
Oh dichosa vida, que aunque no la quitó la espada de los
perseguidores, no por eso perdió el mérito del
martirio.
V. Mi corazón y mi carne,
R. Se alegran por el Dios vivo.
ORACIÓN. Oh Dios, que hiciste admirable a San Ramón
No-nacido, tu confesor, en librar a tus fieles del cautiverio
de los impíos: concédenos por su intercesión,
que nos libres de las cadenas de los pecados, practiquemos con
libre voluntad las cosas que te son agradables. Por Cristo, Nuestro
Señor. Amén |