ORACIÓN
A SANTA CATALINA
¡Oh gloriosa virgen Catalina!,
a medida que os consideramos reconocemos en vos a la Mujer Fuerte
de los Libros Santos, el prodigio de vuestro siglo, la antorcha
luminosa de la Iglesia, la criatura dotada de incomparables dones
y que supo reunir las dulces y modestas virtudes de las vírgenes
prudentes a la intrepidez y al valor de los héroes. Volved,
os rogamos, desde el cielo, vuestros ojos sobre la barca de Pedro,
agitada por la tempestad, y sobre su augusto jefe, que ora, vela,
gime, exhorta, combate y espera. Mostrad hasta donde llega vuestro
poder cerca de Dios, obteniéndonos a todos el celo para
adelantar en las virtudes evangélicas, especialmente en
la humildad, la prudencia, la paciencia, la bondad y la diligencia
en la práctica de los deberes de nuestro estado.
Mantened la concordia de nuestra
gran familia y convertid a la Fe a los incrédulos del
mundo entero; obtened para nuestra patria la paz verdadera, es
decir cristiana, para nuestra Santa Madre la Iglesia el triunfo
completo sobre el mal, por la Verdad, el sacrificio y la caridad.
Amén.
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NOVENA BREVE
Oh maravilloso portento de
la Iglesia, virgen seráfica, Santa Catalina, por tu extraordinaria
virtud y el bien que lograste para la Iglesia y la sociedad,
eres aclamada y bendecida por todo el mundo. Oh, vuelve tu generoso
rostro hacia mi, quien, confiado en tu poderoso patrocinio, te
llama con todo el ardor y afecto suplicándote que obtengas,
a través de tus plegarias, los favores que tan ardientemente
deseo (pedir aquí lo que se desea).
Tu, que fuiste una víctima
de la caridad, que para beneficiar a tu prójimo obtuviste
de Dios los más asombrosos milagros llegando a ser la
alegría y la esperanza de todos, tu no puedes dejar de
ayudar escuchando las oraciones de aquellos que a tu corazón
acuden -el corazón que recibiste del divino redentor en
éxtasis celestial.
Si, oh seráfica virgen,
demuestra una vez más prueba de tu poder y de tu resplandeciente
caridad, para que tu nombre sea por siempre más bendito
y exaltado. Concédenos, que habiendo experimentado tu
más eficaz intercesión aquí en la tierra,
podamos un día darte las gracias en el cielo y disfrutar
contigo de la felicidad eterna. Amén
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ORACIÓN
Bendita y amada del Señor,
y gloriosa santa Catalina: por aquella felicidad que recibisteis
de poder unirte a Dios y prepararte para una santa muerte, alcanzadme
de su divina Majestad la gracia de que purificando mi conciencia
con los sufrimientos de la enfermedad y con la confesión
de mis pecados, merezca disponer mi alma, confortándola
con el trance terrible de la muerte, y poder volar por ella a
la eterna bienaventuranza de la gloria. Así sea. |