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CUANTAS
VECES SEÑOR
ME HABEIS LLAMADO
¡Cuántas veces, Señor, me habéis
llamado,
y cuántas con vergüenza he respondido,
desnudo como Adán, aunque vestido
de las hojas del árbol del pecado!
Seguí mil veces vuestro
pie sagrado,
fácil de asir, en una cruz asido,
y atrás volví otras tantas, atrevido,
al mismo precio que me habéis comprado
Besos de paz Os di para ofenderos,
pero si, fugitivos de su dueño,
hierran, cuando los hallan, los esclavos,
hoy me vuelvo con lágrimas
a veros:
clavadme vos a vos en vuestro leño
y tendreisme seguro con tres clavos. |
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¿QUE
TENGO YO QUE
MI AMISTAD PROCURAS?
¿Qué tengo yo que mi amistad procuras?
¿Qué interés se te sigue, Jesús mío,
que a mi puerta, cubierto de rocío,
pasas las noches del invierno oscuras?
¡Oh, cuánto fueron
mis entrañas duras,
pues no te abrí! ¡Qué extraño desvarío,
si de mi ingratitud el hielo frío
secó las llagas de tus plantas puras!
¡Cuántas veces
el Ángel me decia:
"Alma, asómate ahora a la ventana,
verás con cuánto amor llamar porfía"!
¡Y cuántas, hermosura
soberana,
"Mañana le abriremos", respondía,
para lo mismo responder mañana! |