1. A Ti, oh
Dios, te alabamos; a Ti, Señor, te reconocemos.
2. A Ti, Eterno Padre, te venera toda la creación.
3. Los ángeles todos, los cielos y todas las potestades
te honran.
4. Los querubines y serafines te cantan sin cesar:
5. Santo, Santo, Santo, es el Señor Dios del Universo.
6. Los cielos y la tierra están llenos de la majestad
de tu gloria.
7. A Ti te ensalza el glorioso coro de los Apóstoles,
8. A Ti te ensalza la multitud admirable de los Profetas,
9. A Ti te ensalza el blanco ejército de los Mártires.
10. A Ti la Iglesia Santa extendida por toda la tierra, te proclama:
11. Padre de inmensa majestad,
12. Hijo único y verdadero, digno de adoración,
13. Espíritu Santo Paráclito.
14. Tú eres el Rey de la gloria, Cristo.
15. Tú eres el Hijo único del Padre.
16. Tú, para liberar al hombre, aceptaste la condición
humana, sin desdeñar el seno de la Virgen.
17. Tú, rotas las cadenas de la muerte, abriste a los
creyentes el Reino del Cielo.
18. Tú te sientas a la derecha de Dios en la gloria del
Padre.
19. Creemos que un día has de venir como Juez.
20. Te rogamos, pues, que vengas en ayuda de tus siervos,
a quienes redimiste con tu preciosa Sangre.
21. Haz que en la gloria eterna nos asociemos a tus Santos.
22. Salva a tu pueblo, Señor, y bendice tu heredad.
23. Sé su Pastor y ensálzalo eternamente.
24.Día tras día te bendecimos.
25.Y alabamos tu Nombre para siempre, por eternidad de eternidades.
26. Dígnate, Señor, en este día guardarnos
del pecado.
27. Ten piedad de nosotros, Señor, ten piedad de nosotros.
28. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperamos de Ti.
29. En Ti, Señor, confié, no me vea defraudado
para siempre.
V. Bendito
eres, Señor, Dios de nuestros padres.
R. Y digno de alabanza, y glorioso por lo siglos.
V. Bendigamos al Padre, y al Hijo con el Espíritu Santo.
R. Alabémosle y ensalcémosle sobre todas las cosas
por los siglos.
V. Bendito eres Señor en lo más alto del cielo.
R. Y digno de alabanza, y glorioso y ensalzado por todos los
siglos.
V. Bendice, alma mía, al Señor.
R. Y nunca olvides sus muchos beneficios.
V. Señor, escucha mi oración.
R.Y llegue a Ti mi clamor.
Los sacerdotes
añaden:
V. El Señor
esté con vosotros.
R. Y con tu espíritu.
Oremos
Oh Dios, cuya misericordia es infinita e inagotable la bondad,
damos gracias a tu divina Majestad, por los bienes que hemos
recibido, implorando siempre tu clemencia, para que no abandonando
a aquellos a quienes concedes lo que te piden, los dispongas
para recibir las recompensas eternas.
Oh Dios, que
has instruido los corazones de los fieles con la luz del Espíritu
Santo, concédenos según el mismo Espíritu
conocer las cosas rectas y gozar siempre de sus divinos consuelos.
Oh Dios, que
no permites sea afligido en demasía cualquiera que en
Ti espera, sino que atiendes piadoso a nuestras súplicas:
te damos gracias por haber aceptado nuestras peticiones y votos,
suplicándote piadosísimamente que merezcamos vernos
libres de toda adversidad. Por nuestro Señor Jesucristo...
R. Amén.
1. Se trata de
un himno de alabanza compuesto en latín a comienzos del
siglo V y atribuido a Nicetas de Remesiana y a San Ambrosio de
Milán. Desde el siglo VI forma parte del Oficio Divino.
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