ORACIÓN
A SAN NICOLÁS DE TOLENTINO
¡Oh glorioso Taumaturgo
y Protector de las almas del purgatorio, San Nicolás de
Tolentino! Con todo el afecto de mi alma te ruego que interpongas
tu poderosa intercesión en favor de esas almas benditas,
consiguiendo de la divina clemencia la condonación de
todos sus delitos y sus penas, para que saliendo de aquella tenebrosa
cárcel de dolores, vayan a gozar en el cielo de la visión
beatífica de Dios. Y a mi, tu devoto siervo, alcánzame,
¡oh gran santo!, la más viva compasión y
la más ardiente caridad hacia aquellas almas queridas.
Amén
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ORACIÓN
DE SAN AGUSTÍN
POR LAS ALMAS DEL PURGATORIO
Dulcísimo Jesús
mío, que para redimir al mundo quisisteis nacer, ser circuncidado,
desechado de los judíos, entregado con el beso de Judas,
atado con cordeles, llevado al suplicio, como inocente cordero;
presentado ante Anás, Caifás, Pilato y Herodes;
escupido y acusado con falsos testigos; abofeteado, cargado de
oprobios, desgarrado con azotes, coronado de espinas, golpeado
con la caña, cubierto el rostro con una púrpura
por burla; desnudado afrentosamente, clavado en la cruz y levantado
en ella, puesto entre ladrones, como uno de ellos, dándoos
a beber hiel y vinagres y herido el costado con la lanza. Librad,
Señor, por tantos y tan acerbísimos dolores como
habéis padecido por nosotros, a las almas del Purgatorio
de las penas en que están; llevadlas a descansar a vuestra
santísima Gloria, y salvadnos, por los méritos
de vuestra sagrada Pasión y por vuestra muerte de cruz,
de las penas del infierno para que seamos dignos de entrar en
la posesión de aquel Reino, adonde llevasteis al buen
ladrón, que fue crucificado con Vos, que vivís
y reináis con el Padre y el Espíritu Santo por
los siglos de los siglos. Amén.
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ORACIÓN
PARA LAS ALMAS DEL PURGATORIO
Dios omnipotente, Padre de
bondad y de misericordia, apiadaos de las benditas almas del
Purgatorio y ayudad a mis queridos padres y antepasados.
A cada invocación se
contesta: ¡Jesús mío, misericordia!
Ayudad a mis hermanos y parientes.
Ayudad a todos mis bienhechores espirituales y temporales.
Ayudad a los que han sido mis amigos y súbditos.
Ayudad a cuantos debo amor y oración.
Ayudad a cuantos he perjudicado y dañado.
Ayudad a los que han faltado contra mí.
Ayudad a aquellos a quienes profesáis predilección.
Ayudad a los que están más próximos a la
unión con Vos.
Ayudad a los que os desean más ardientemente.
Ayudad a los que sufren más.
Ayudad a los que están más lejos de su liberación.
Ayudad a los que menos auxilio reciben.
Ayudad a los que más méritos tienen por la Iglesia.
Ayudad a los que fueron ricos aquí, y allí son
los más pobres.
Ayudad a los poderosos, que ahora son como viles siervos.
Ayudad a los ciegos que ahora reconocen su ceguera.
Ayudad a los vanidosos que malgastaron su tiempo.
Ayudad a los pobres que no buscaron las riquezas divinas.
Ayudad a los tibios que muy poca oración han hecho.
Ayudad a los perezosos que han descuidado tantas obras buenas.
Ayudad a los de poca fe que descuidaron los santos Sacramentos.
Ayudad a los reincidentes que sólo por un milagro de la
gracia se han salvado.
Ayudad a los padres que no vigilaron bien a sus hijos.
Ayudad a los superiores poco atentos a la salvación de
sus súbditos.
Ayudad a los pobres hombres, que casi sólo se preocuparon
del dinero y del placer.
Ayudad a los de espíritu mundano que no aprovecharon sus
riquezas o talentos para el cielo.
Ayudad a los necios, que vieron morir a tantos no acordándose
de su propia muerte.
Ayudad a los que no dispusieron a tiempo de su casa, estando
completamente desprevenidos para el viaje más importante.
Ayudad a los que juzgaréis tanto más severamente,
cuánto más les fue confiado.
Ayudad a los pontífices, reyes y príncipes.
Ayudad a los obispos y sus consejeros. Ayudad a mis maestros
y pastores de almas.
Ayudad a los finados sacerdotes de esta diócesis.
Ayudad a los sacerdotes y religiosos de la Iglesia católica.
Ayudad a los defensores de la santa fe.
Ayudad a los caídos en los campos de batalla.
Ayudad a los sepultados en los mares.
Ayudad a los muertos repentinamente.
Ayudad a los fallecidos sin recibir los santos sacramentos.
V. Dadles, Señor, a todas las
almas el descanso eterno.
R. Y haced lucir sobre ellas vuestra eterna
luz.
V. Que en paz descansen.
R. Amén. |