Antifona. Cantemos el himno
de los tres jóvenes, el que los santos cantaban en el
horno encendido alabando al Señor.
R.: Aleluya.
1. Bendecid
al Señor, todas las obras del Señor:
alabadle y ensalzadle por siempre.
2. Bendecid,
cielos, al Señor,
bendecid al Señor, Angeles del Señor.
3. Bendecid
al Señor todas las aguas que hay sobre los cielos:
bendiga todo poder al Señor.
4. Bendecid
al Señor, sol y luna:
estrellas del cielo, bendecid al Señor.
5. Bendecid
al Señor, toda la lluvia y el rocío:
todos los vientos, bendecid al Señor.
6. Bendecid
al Señor, el fuego y el calor:
frío y calor, bendecid al Señor.
7. Bendecid
al Señor, rocíos y escarchas:
hielo y frío, bendecid al Señor.
8. Bendecid
al Señor, hielos y nieves:
noches y días, bendecid al Señor.
9. Bendecid
al Señor, luz y tinieblas:
rayos y nubes, bendecid al Señor.
10. Bendiga
la tierra al Señor:
alábele y ensálcele por siempre.
11. Bendecid
al Señor, montes y collados:
todas las cosas que germinan en la tierra,
bendecid al Señor.
12. Bendecid
al Señor, mares y nos:
fuentes, bendecid al Señor.
13. Bendecid
al Señor,
ballenas y todo lo que vive en el mar:
todas las aves del cielo, bendecid al Señor.
14. Bendecid
al Señor, todos los animales y ganados:
bendecid, hijos de los hombres, al Señor.
15. Bendice,
Israel al Señor:
alabadle y ensalzadle por siempre.
16. Bendecid
al Señor, sacerdotes del Señor:
bendecid al Señor, siervos del Señor.
17. Bendecid
al Señor, espíritus y almas de los justos:
santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.
18. Bendecid
al Señor, Ananías, Azarías y Misael:
alabadle y ensalzadle por siempre.
19. Bendigamos
al Padre y al Hijo con el Espíritu Santo:
alabémosle y ensalcémosle por siempre.
20. Bendito
eres en el firmamento del cielo:
y loable y glorioso por siempre.
(No se dice
Gloria ... ni Amén.)
SALMO 150
1. Alabad al
Señor en su santuario:
alabadle en su augusto firmamento.
2. Alabadle
por sus grandiosas obras:
alabadle por su inmensa majestad.
3. Alabadle
con sones de trompetas:
alabadle con salterio y cítara.
4. Alabadle
tañendo címbalos y cantando a coro:
alabadle con instrumentos de cuerda y voces de órgano.
5. Alabadle
con címbalos resonantes:
alabadle con címbalos de alegría:
todo espíritu alabe al Señor.
Gloria al
Padre...
Antífona. Cantemos el himno
de los tres jóvenes, el que los
santos cantaban en el horno encendido alabando al Señor
R.: Aleluya.
Todos se
ponen de pie y quien dirige el rezo dice:
Señor,
ten piedad. Cristo, ten piedad. Señor, ten piedad.
Padre nuestro.
V. Y no nos dejes caer
en la tentación.
R. Mas líbranos
del mal.
V. Que te alaben, Señor,
todas tus obras.
R. Y que tus santos te
bendigan.
V. Se regocijarán
los santos en la gloria.
R. Y se alegrarán
en sus moradas.
V. No a nosotros, Señor,
no a nosotros.
R. Sino a tu nombre da
la gloria.
V. Señor, escucha
mi oración.
R. Y que llegue a Ti
mi clamor.
Los sacerdotes
añaden:
V. El Señor esté
con vosotros.
R. Y con tu espíritu.
Oremos:
Oh Dios, que
mitigaste las llamas del fuego para los tres jóvenes,
concédenos benignamente a tus siervos que no nos abrase
la llama de los vicios.
Te rogamos,
Señor, que prevengas nuestras acciones con tu inspiración
y que las acompañes con tu ayuda, para que así
toda nuestra oración y obra comience siempre en Ti, y
por Ti se concluya.
Danos, te lo
pedimos, Señor, poder apagar las llamas de nuestros vicios,
Tú que le concediste a San Lorenzo vencer el fuego que
le atormentaba. Por Cristo nuestro Señor.
R. Amén.
1.
Se trata del himno de acción de gracias del Antiguo Testamento
(Daniel 3, 57-88, 56) que los tres jóvenes, Sidrac, Misac
y Abdénago, condenados por el rey Nabucodonosor a morir
quemados en un horno, cantaron al verse salvados de las llamas
por intervención divina. En su libro de reflexiones y
memorias titulado Don y misterio (cap. 8), Juan Pablo II nos ofrece la siguiente
explicación de esta acción de gracias: "La
Eucaristía se realiza también para ofrecer "sobre
el altar de la tierra entera el trabajo y el sufrimiento del
mundo'', según una bella expresión de Teilhard
de Chardin. He ahí por qué, en la acción
de gracias después de la Santa Misa, se recita también
el Cántico de los tres jóvenes del Antiguo Testamento:
Benedicite omnia opera Domini Domino... En efecto, en la Eucaristía
todas las criaturas visibles e invisibles, y en particular el
hombre, bendicen a Dios como Creador y Padre y lo bendicen con
las palabras y la acción de Cristo, Hijo de Dios."
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