W. A. Bouguereau
La Virgen con los ángeles, 1900
Musée du Petit Palais. Paris.
La bienaventurada Virgen María,
por el hecho de ser Madre de Dios, tiene una especie de dignidad
infinita a causa del bien infinito que es Dios. Y en esa línea
no puede imaginarse una dignidad mayor, como no puede imaginarse
cosa mayor que Dios.
Santo Tomás
Suma Teológica, 1, q. 25, a. 6
Como el océano recibe
todas las aguas, así María recibe todas las gracias.
Como todos los ríos se precipitan en el mar, así
las gracias que tuvieron los ángeles, los patriarcas,
los profetas, los apóstoles, los mártires, los
confesores y las vírgenes se reunieron en María
San Buenaventura
Speculi, 2 |
MAGNIFICAT
(Lc 1,
46-55)
Proclama mi alma la
grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios,
mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora
me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso
ha hecho obras grandes por mí:su nombre es santo, y su
misericordia llega a sus fieles de generación en generación.
El hace proezas
con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba
del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos
los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel,
su siervo, acordándose de la misericordia -como lo había
prometido a nuestros padres- en favor de Abrahán y su
descendencia por siempre. Gloria al Padre.
(Folleto para
imprimir disponible en Cánticos
evangélicos).
DULZURA
DE LOS ÁNGELES
(de la
liturgia bizantina)
Dulzura de los ángeles,
alegría de los afligidos,
abogada de los cristianos, Virgen madre del Señor, protégeme
y sálvame de los sufrimientos eternos.
María,
purísimo incensario de oro, que ha contenido a la Trinidad
excelsa; en ti se ha complacido el Padre, ha habitado el Hijo,
y el Espíritu Santo, que cubriéndote con su sombra,
Virgen, te ha hecho madre de Dios.
Nosotros nos
alegramos en ti, Theotókos; tú eres nuestra defensa
ante Dios. Extiende tu mano invencible y aplasta a nuestros enemigos.
Manda a tus siervos el socorro del cielo. |