ORACIONES
INICIALES
Por la señal...
Acto de contrición
Señor mío Jesucristo, divino Redentor y Salvador
de las almas, que por las piadosas lágrimas de vuestra
sierva Mónica os dignasteis convertir enteramente a Vos
el corazón de su hijo Agustín, y desde el día
de su total y dichosa conversión le inspirasteis que hiciera
siempre frutos de verdadera penitencia; por las lágrimas
benditas de aquella madre y por la sincerísima conversión
de aquel bienaventurado hijo, conceded, misericordioso, a nuestras
almas aquel dolor de verdadera contrición que alcanza
con seguridad el perdón de toda culpa; aquel llanto de
sincero arrepentimiento que borra toda inquietud y toda mancha,
y el hacer tales frutos de penitencia que devuelvan la justificación
y la paz a nuestro espíritu contrito y humillado que de
veras se convierte a Vos y desea veros desenojado para siempre.
Amén.
Oración preparatoria
para todos los días
¡Oh
gloriosa Santa Mónica, espejo de esposas, modelo de madres,
consuelo de viudas, mujer admirable, a quien Dios infundió
el espíritu de oración y concedió aquel
don de lágrimas con que supisteis hacer violencia al Dios
de las misericordias para que se compadeciera de vuestros gemidos,
escuchara vuestras plegarias y os concediera el fin de todos
vuestros deseos! A vuestras plantas venimos hoy, las que sufrimos
y lloramos en los tristes caminos de la vida, a suplicaros que
nos alcancéis el espíritu de oración que
vos tuvisteis y la compunción que merecen nuestras culpas,
para que, derramando con humildad nuestro corazón ante
el Dios de toda piedad y misericordia, alcancemos la gracia de
vivir la santa vida que vos vivisteis en la tierra, y merezcamos
la gloria que vos gozáis ahora en el cielo, en compañía
de nuestros padres, esposos e hijos, y de todos los que por la
sangre y el afecto nos pertenecen y son en Jesucristo, Señor
nuestro, amados y queridos de nuestro corazón. Amén.
Rezar a continuación
la oración del día que corresponda:
DÍAS
1 | 2
| 3 | 4
| 5 | 6
| 7 | 8
| 9
Terminar cada día
con las siguientes oraciones:
ORACIONES
FINALES
Oración final para
todos los días
¡Gloriosísima y bienaventurada Santa Mónica,
grande en la paciencia, magnánima en la esperanza y dichosa
en el triunfo, mujer sabia y prudente, que supiste edificar tu
casa y en ella resplandeciste como el sol cuando amanece en las
alturas del cielo, y en todo fuiste ejemplo esclarecido de mujer
cristiana! Ahora, que estás ya en la «tierra de
los que viven para siempre», «donde no hay llantos,
ni gemidos, ni dolor alguno», acuérdate de las que
todavía gemimos y lloramos en el valle donde tú
gemías y llorabas, e intercede ante el Señor para
que tenga compasión de tantas madres y esposas en sus
tribulaciones y trabajos, y para que recoja nuestros gemidos
y escuche nuestras plegarias, y nos conceda, como a ti, el fin
de todos nuestros deseos, y merezcamos, un día, reinar
y descansar en la gloria como tú, rodeadas de todos los
seres queridos de nuestro corazón, y bendecir, así,
contigo las eternas misericordias del Señor por los siglos
de los siglos. Amén.
V. Ruega por nosotros, bienaventurada
Santa Mónica.
R. Para que seamos dignos de alcanzar
las promesas de Jesucristo.
Oración
¡Oh Dios, consolador de los afligidos y salud de los que
en Ti esperan, que aceptaste misericordiosamente las piadosas
lágrimas de la bienaventurada madre Mónica por
la conversión de su hijo Agustín! Concédenos
por la intercesión de entrambos que lloremos nuestras
pecados y encontremos la indulgencia de tu gracia. Por Jesucristo
nuestro Señor. Amén. |