DÍA QUINTO
Comenzar con la oración
preparatoria para todos los días.
¿Qué me dice
Tu Santa Imagen, oh Madre del Perpetuo Socorro? Que eres Reina
de todos los ángeles. Por eso, ahí tienes a Tu
lado a los dos grandes príncipes de la corte celestial.
En actitud de religiosa veneración esperan Tus órdenes,
al mismo tiempo que reconocen Tu excelsa autoridad. He ido llamando
de puerta en puerta. Todas se me cerraron: la puerta de la riqueza,
la puerta de la amistad, la puerta de la gratitud, la puerta
de la ciencia, la puerta del poder
hasta la puerta de la
caridad y de la misericordia
Solo una puerta me queda abierta,
la puerta donde Tu Perpetuo Socorro aguarda con los infinitos
tesoros de Tu Poder y Tu Misericordia.
Madre mía, un ángel
guió a Tobías en un escabroso viaje y llevó
a su familia de parte de Dios, la curación, la felicidad
y el amor. Otro ángel descendió sobre la obscura
cueva donde el profeta Daniel estaba encerrado, para darle la
comida del cuerpo y los consuelos del alma. Ahí a Tu lado
están esos dos Arcángeles de la corte del cielo:
San Rafael y San Gabriel. Diles que me ayuden y me salven, y
al punto se acabaran los amargos dolores que me atormentan.
¿Es Satanás el
que, por permisión de Dios, me persigue y me acosa como
al Santo Job? ¿Son los hombres los que, ingratos e injustos,
se ensañan implacables conmigo? Hay momentos, Madre mía,
en que la tristeza, el desaliento y la desesperación me
ahogan.
Madre mía, si a Ti y
a Tu Hijo presentaron esos Arcángeles los instrumentos
de dolor, que me traigan a mi el bálsamo de Tu Misericordia.
Pero
que no se haga mi
voluntad, sino la voluntad de Dios.
Rezar 3 avemarías y terminar con las invocaciones
y oraciones finales para todos los días.
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DÍA SEXTO
Comenzar con la oración
preparatoria para todos los días.
¿Qué me dice
Tu Santa Imagen, oh Madre del Perpetuo Socorro? Que eres la Consoladora
de todas las penas. Todo en tu cuadro santísimo me habla
de la Pasión de Cristo y de Tu propia Pasión. La
lanza, la esponja, la cruz y, sobre todo, Tu mirada impregnada
de amargura y la actitud angustiosa del Hijo de Tu Alma
Ahí está todo
el Calvario. Tú y Jesús son las dos Víctimas.
Él derramará en Ti la Sangre de Sus Venas
.
Tú, Madre mía, derramarás todas las lágrimas
del dolor.
Y esta Tu dolorosa Pasión
duró toda Tu vida. Era Jesús Niño, descansaba
amoroso en Tu Regazo, y ya la visión de Sus tormentos
le amargaba la vida.
También para mí
tiene que haber una cruz; también yo tengo que morir en
un Gólgota.
Es verdad de mi fe, porque
es la doctrina que brotó de los Labios de Jesús:
"El que quiera venir en
pos de Mi, tome su cruz y sígame. Si no hacen penitencia,
todos irremisiblemente perecerán".
Y el apóstol San Pablo,
inspirado por el Espíritu Santo, ha escrito en una de
sus cartas: "Todos los que quieran vivir piadosamente en
Cristo Jesús, tendrán que ser perseguidos".
Adoro, Madre mía, la
Voluntad Divina y te digo lo que te decía Tu gran devoto
San Alfonso: "Si quieres que sea perseguido, despreciado
y calumniado
, si quieres que esté enfermo, encarcelado
y atormentado
., si quieres que padezca tristezas en el
alma y hambre y dolores en el cuerpo, hágase la Divina
Voluntad".
Pero el mismo Jesús
que nos prueba, quiere que acudamos resignados y llenos de confianza
a Ti. Por eso a Ti acudo, Consoladora de los afligidos
Por eso llamo a Tus puertas, Alegría de las almas tristes
Por eso te llamo a Ti, Esperanza de los desesperados
Por
eso invoco Tu Nombre, que resume todas las bondades, Madre del
Perpetuo Socorro
Madre, consuélame, ampárame
y mi corazón te amará eternamente.
Rezar 3 avemarías y terminar con las invocaciones
y oraciones finales para todos los días.
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DÍA SÉPTIMO
Comenzar con la oración
preparatoria para todos los días.
¿Qué me dice
Tu Santa Imagen, oh Madre del Perpetuo Socorro? Que eres la última
Esperanza del hombre en esta vida. Que cuando todos los nombres
se despiertan con el alma sombría y desesperada sin rayo
de luz, sólo Tu Nombre del Perpetuo Socorro brilla en
el fondo del alma como la última sonrisa de la Misericordia
de Dios.
Ese Hijo Divino que llevas
en Tus Brazos ha visto los tormentos que le prepara el pueblo
judío. Ese pueblo implacable pedirá que Su Sangre
caiga sobre él. Jesús ve con pena como se arranca
de Sus Brazos y se aleja. Eso indica la sandalia que cuelga de
Su Pie. No ha podido desprenderse del todo
, porque Dios
nunca abandona completamente al hombre
¡Qué gran lección
nos dan la Justicia y la Misericordia Divinas! ¡Hemos pecado!
La Justicia Divina nos condena, nos rechaza
Nuestro pecado
contra un Dios que ha muerto por nosotros es demasiado grande.
¡No merecemos perdón!.
Y huimos ante la Infinita
Justicia.
Pero no hemos podido separarnos
del todo de Dios
No nos resolvemos a darle el postrer adiós
de despedida a Su Madre y nuestra Madre María
Su
Amor y Su Nombre lo llevamos muy metido dentro del alma
Sólo una débil correa nos une a Jesús: la
devoción a Su Madre
La Santa Iglesia, ante el lecho
de los moribundos, para alcanzar para ellos perdón y gracia
en esa hora tremenda, reza: "Acuérdate, Señor,
que a pesar de los pecados de su juventud, no negó tu
fe".
Y yo te digo: "Madre mía,
dos cosas guardo en mi alma como suprema esperanza: la fe en
mi Jesús
y tu amor, Madre mía del alma".
Por eso vengo hoy a Tus Plantas
El mundo me rechaza
, los hombres me abandonan
, la
familia se olvida de mí
, hasta la misma conciencia
me persigue
. Y, entre tanto, los males me asedian y los
dolores me atormentan
Mi corazón y mi cuerpo sangran
por todos los poros.
Madre mía, Tú
eres mi última esperanza. A Ti acudo. Necesito un milagro
y te lo pido.
Te lo pido y lo espero, y mi
lengua Te alabará toda la vida.
Rezar 3 avemarías y terminar con las invocaciones
y oraciones finales para todos los días.
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DÍA OCTAVO
Comenzar con la oración
preparatoria para todos los días.
¿Qué me dice
Tu Santa Imagen, oh Madre del Perpetuo Socorro? Que en la noche
obscura de la tormenta, Tú eres la Estrella que brilla
en el cielo de la vida, como rayo de luz, como guía de
los navegantes.
Por eso el artista que pintó
Tu devota Imagen dibujó sobre Tu Frente una estrella.
Desde entonces, la Santa Iglesia, en la Letanía, que es
la poesía del amor, Te invoca y Te dice: Estrella de la
mañana, ruega por nosotros.
Desde entonces San Bernardo,
el heraldo de Tus Grandezas, a todos los que en la nave de Pedro
van bogando hacia el Cielo, les dice: "Cuando los envuelvan
las nieblas, cuando bramen los vientos, cuando los abismos abran
sus fauces inmensas, cuando las olas se levanten como montañas
de hirviente espuma, amenazándolos con una muerte cierta,
miren esta Estrella, llamen a María
"
Desde entonces, todos los marineros
que surcan los mares Te invocan en medio de los horrores de la
tempestad. En medio de una loca tempestad apareciste Tú,
Madre del Perpetuo Socorro. Te colgaron de un mástil roto,
Te invocaron y se calmaron las olas y renació la calma.
Aquí tienes a Tus Plantas,
¡oh Madre del Perpetuo Socorro!, a un alma que va bogando
por el mar de la vida hacia el puerto del Cielo..
y la
tormenta me ha sorprendido.
¡Soy un náufrago!
Estoy bebiendo las aguas salobres de todas las amarguras humanas
Me ahogan ya las olas de las tentaciones del infierno.
Los vientos locos del dolor
y del hambre me lanzan contra los escollos de la desesperación.
Sólo me queda una tabla,
a la cual me agarro con desesperadas angustias, Tu Nombre Bendito
Sólo en el Cielo obscuro, que por todas partes me rodea,
veo una estrella: es la que brilla en Tu Frente.
La vi
de niño como una sonrisa de Tu Amor
. La veo ahora
como una mirada de Tu Misericordia. Parece que en esta tempestad
horrenda que me ahoga me dices: "Ten esperanza; los míos
no se hunden jamás en los abismos. Naufragan, pero los
recogen Mis Brazos amorosos"
.
Lo sé, Madre mía;
lo creo
Lo he experimentado mil veces en mi vida. Sálvame
una vez más. Estrella bendita, que luces en la frente
de mi Madre del Perpetuo Socorro, guíame
. Voy a
Ti
, voy a Dios
, voy al Cielo
Madre mía
¡gracias!
Rezar 3 avemarías y terminar con las invocaciones
y oraciones finales para todos los días.
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DÍA NOVENO
Comenzar con la oración
preparatoria para todos los días.
¿Qué me dice
Tu Santa Imagen, oh Madre del Perpetuo Socorro? Que eres de verdad
lo que Tu Nombre consolador encierra: Perpetuo Socorro de todos
los hombres, y por tanto, Perpetuo Socorro mío
Eres Perpetuo Socorro de todos
los hombres. Eva, dice San Bernardo, fue la maldición
para todos sus hijos. Desde aquel día aciago, todos los
hombres arrastraban desde la cuna, la cadena de la maldición
Divina. Pero, Tú Madre mía, has sido nuestra bendición
Todos al nacer levantan los ojos a Ti y ven en Ti la Madre querida,
que ha de aplastar la cabeza de la infernal serpiente, que quiere
inocularnos el veneno de la culpa y de la muerte.
Eres Perpetuo Socorro en todos
los tiempos
Todos los días, desde el primer día
del mundo, sale el sol y sus rayos espléndidos comunican
al mundo la fecundidad, la belleza y la vida
No hay nadie
que se esconda de Tu Luz bienhechora
Desde que Tú,
¡oh Madre mía!, fuiste predestinada para ser Madre
de Dios y Madre nuestra, Tus Manos benditas han dejado caer sobre
el mundo las lluvia de las gracias Divinas
Y se apagará
el sol en el alto Cielo, y aún seguirás Tú
derramando sobre todos los predestinados las alegrías
de la gloria de Dios.
Eres Perpetuo Socorro en todas
las edades de la vida
El niño te envía besos
de amor; el joven te cuenta sus luchas; el hombre de edad madura
te consulta sus empresas; las familias crecen, viven y rezan
a Tus Plantas; y los ancianos entran confiados a la eternidad,
cuando al morir han podido dirigirte una última mirada.
Eres Perpetuo Socorro en todas
las penas. Cuando el cuerpo siente las mordeduras del dolor
,
cuando la conciencia se agita entre las sombras de los remordimientos
,
cuando la tristeza se mete en el alma y clava sus garras despiadadas
,
cuando falta el pan y cuando huye la paz
, cuando la familia
nos abandona y el mundo nos persigue
, cuando todas las
criaturas parece que se conjuran contra nosotros, y cuando el
infierno mismo nos rodea con sus olas de fuego
, aún
entonces hay un lugar en el mundo donde estamos seguros, donde
podemos cantar y bendecir a Dios: Tu Corazón, ¡oh
Madre del Perpetuo Socorro!
Por eso a Ti acudo, y te llamo
y te invoco; te llamaré y te invocaré hasta que
al fin oigas mi angustiosa voz. Nueve días hace que vengo
a Tus Plantas a pedirte un milagro porque sólo Tú
me puedes salvar de este apurado trance
Que no se diga
que Tu Perpetuo Socorro no se ha compadecido de mi miseria.
Adoro la Voluntad Divina, pero
confío en Ti
Si es necesario que venga mil veces
a Tus Pies, aquí me verías. Resiste, si puedes
a mis lágrimas
, vuelve de lado Tu Rostro si Tu Corazón
no me mira.
¡Oh Madre del Perpetuo
Socorro! Para gloria de Tu Nombre, que llena el mundo, y que
tantos tristes ha consolado, y a tantos enfermos ha curado, y
a tantos huérfanos ha recogido, y a tantas víctimas
ha glorificado, mírame y sálvame.
Rezar 3 avemarías y terminar con las invocaciones
y oraciones finales para todos los días. |