DÍA PRIMERO
Comenzar con la oración
de todos los días.
Vocación
divina.
Gloriosísimo Padre San
Agustín, que por divina dispensación fuisteis llamado
de las tinieblas de la gentilidad y de los caminos del error
y de la culpa a la admirable luz del Evangelio y a los rectísimos
caminos de la gracia y de la justificación para ser ante
los hombres vaso de predilección divina y brillar en días
calamitosos para la Iglesia, como estrella de la mañana
entre las tinieblas de la noche: alcanzadnos del Dios de toda
consolación y misericordia el ser llamados y predestinados,
como Vos lo fuisteis, a la vida de la gracia y a la gracia de
la eterna vida, donde juntamente con Vos cantemos las misericordias
del Señor y gocemos la suerte de los elegidos por los
siglos de los siglos. Amén.
Meditemos unos instantes
y pidamos la gracia que deseamos conseguir en esta Novena.
Tres Padrenuestros, Avemaría
y Glorias a la Santísima Trinidad, en memoria de la devoción
con que veneró este Misterio el gran Padre y Doctor de
la Iglesia San Agustín. Terminar con la oración
final para todos los días.
__________
DÍA SEGUNDO
Comenzar con la oración
de todos los días.
Conversión
a Dios.
Gloriosísimo Padre San
Agustín, que en la hora dichosa de vuestra conversión
a Dios fuisteis iluminado de tal modo por la luz de la verdad
divinamente revelada, que en vuestra inteligencia no quedó
lugar alguno para las tinieblas que la oscurecían, ni
en vuestro corazón escoria alguna de los amores de la
tierra, y en aquel punto quedasteis hecho Doctor y Maestro de
una ciencia divina que antes no comprendíais, y antorcha
resplandeciente de una caridad tan nueva y tan divina que os
hizo aborrecer todo lo que antes amabais: alcanzadnos del Dios
de toda piedad y misericordia la gracia de convertirnos a Él
de tal manera que no habite jamás en nosotros la ceguedad
y corrupción del hombre viejo, y seamos vestidos totalmente
de luz y de la gracia del nuevo Adán, Jesucristo Señor
nuestro, el cual sea nuestra vida y nuestro amor por los siglos
de los siglos. Amén
Meditemos unos instantes
y pidamos la gracia que deseamos conseguir en esta Novena.
Tres Padrenuestros, Avemaría
y Glorias a la Santísima Trinidad, en memoria de la devoción
con que veneró este Misterio el gran Padre y Doctor de
la Iglesia San Agustín. Terminar con la oración
final para todos los días.
__________
DÍA TERCERO
Comenzar con la oración
de todos los días.
Perseverancia.
Gloriosísimo Padre San
Agustín, que desde el día dichoso de vuestra conversión
supisteis ya correr y saltar con alegría por los caminos
del temor del Señor, sin desfallecer jamás, ni
volver los ojos a las antiguas sendas de vuestra juventud, porque
en la escuela de aquel santo temor aprendisteis la sabiduría,
la disciplina, la justicia y la equidad, que fueron corona de
gracias para vuestra cabeza y collar de perlas preciosas para
vuestro cuello: alcanzádnos del Dios de toda providencia
y sabiduría aquella sagacidad que hace sabios a los niños,
y aquel entendimiento que da prudencia a los adultos, para que
sepamos volar en pos de vuestros altísimos ejemplos, como
en pos del águila sus hijuelos, hasta conseguir, como
Vos, el premio de los que vencen y la corona de los que triunfan
en Jesucristo Nuestro Señor por los siglos de los siglos.
Amén.
Meditemos unos instantes
y pidamos la gracia que deseamos conseguir en esta Novena.
Tres Padrenuestros, Avemaría
y Glorias a la Santísima Trinidad, en memoria de la devoción
con que veneró este Misterio el gran Padre y Doctor de
la Iglesia San Agustín. Terminar con la oración
final para todos los días.
__________
DÍA CUARTO
Comenzar con la oración
de todos los días.
Castidad.
Gloriosísimo Padre San
Agustín, que, desde el día en que felizmente rompisteis
las cadenas de la antigua servidumbre del pecado, de tal modo
os consagrasteis a Dios y al estudio de la verdadera sabiduría,
que no quisisteis otra esposa que la excelsa virtud de la castidad,
y en ella supisteis encontrar la vena del contento y de la alegría
de vuestro corazón, aborreciendo para siempre las turbias
y corrompidas aguas de las cisternas de la tierra: alcanzadnos
del Dios poderoso de las virtudes la gracia de saber desatarnos
de todo vínculo, no santo, de carne y sangre, de modo
que permanezcamos libres, puros y castos, como ángeles
de Dios, sobre la tierra, para que seamos dignos, un día,
de alcanzar, como vos, el premio de los limpios de corazón,
que es ver a Dios, cara a cara, entre los increados resplandores
de su gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Meditemos unos instantes
y pidamos la gracia que deseamos conseguir en esta Novena.
Tres Padrenuestros, Avemaría
y Glorias a la Santísima Trinidad, en memoria de la devoción
con que veneró este Misterio el gran Padre y Doctor de
la Iglesia San Agustín. Terminar con la oración
final para todos los días.
Días 5 a 9 de
la novena en la página siguiente
> |