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1195-1231 3. HUMILDE ROGATIVA |
Ampárame
en esta hora, |
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Te saludo, Antonio de Padua, y por la gran fe que tengo en nuestro Señor Jesucristo, a quien lealmente serviste, y en la siempre Virgen María, que tanto amaste, y en el dulcísimo Niño Jesús que en vuestro aposento hallaste; por los treinta y tres años que vivió y después murió en la Cruz por nuestro amor, y por los tres años que estuviste tú en el desierto, deseoso de hallar a aquel supremo Señor, que os apareció y os dijo aquellas palabras: "Antonio, siempre estaré a tu lado, sellaré tu corazón"; por el hábito que vestiste, por el cordón que ceñiste, por los muchos milagros que Dios ha obrado y obra todos los días por medio tuyo, por la grande confianza que tengo en tu intercesión, te suplico, postrado en tierra, te dignes interceder delante de Nuestro Señor Jesucristo, para que me conceda por vuestro medio, si me conviene, la gracia que deseo.... (mencionar) Señor mío Jesucristo, por los méritos de vuestro siervo Antonio, así como resucitasteis los muertos y librasteis a su padre, concededme esta gracia por los méritos e intercesión de vuestro siervo Antonio, por quien las cosas olvidadas son recordadas, las ausentes se hacen presentes, las perdidas se hallan, las justamente propuestas son aceptadas y las empezadas son acabadas; así os ruego, Dios mío potentísimo, me concedáis aquella gracia que deseo, si es conforme a vuestra santa voluntad. Padrenuestro y Avemaría. Dios mío Jesucristo, por vuestra infinita misericordia aquietad las angustias de mi corazón, para que viviendo y muriendo, pueda siempre alabaros, bendeciros y loaros. Amén. Os saludo, Antonio Santo de Padua, por aquellas oraciones que en el campo hicisteis, confesando y predicando la fe de Cristo Nuestro Señor; por aquellos tres años que en el monte oraste, y perdiendo el breviario, fue hallado por el Niño Jesús; por la revelación que tuviste para ir a libertar a tu padre de falsos testigos acusado y condenado a muerte, de que lo libraste; líbrame a mí, glorioso Santo, de falsos testigos, de malas compañías y de condenaciones injustas; y por aquellas gracias que pediste al Señor que lo perdido se hallare, lo olvidado fuese recordado, lo propuesto se aceptase y lo empezado se acabase, os suplico me alcances del Señor alegre mi corazón, concediéndome la gracia que os pido, si es su santa voluntad, con la cual me conformo totalmente. Tres Padrenuestros al Niño Jesús, tres Avemarías a la Virgen y el Responsorio.
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Si buscas milagros, mira: El mar sosiega su ira, |
El
peligro se retira, El
mar sosiega su ira, |
Gloria al Padre, Gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo.
Ruega a Cristo por nosotros, Antonio glorioso y santo, para que dignos así de sus promesas seamos.
1. Compuesto
por Julián de Spira unos tres años después
de la canonización de san Antonio, el texto refleja la
extraordinaria fama que alcanzó el santo como taumaturgo.
Se trata de un hecho singular por cuanto la sucesión de
milagros comenzó una vez muerto san Antonio (en el proceso
de su canonización se le reconocieron 53 milagros). Para
más información sobre este y otros aspectos de
la vida de este santo ver el interesante artículo El otro san Antonio de Padua de Lázaro
Iriarte, OFMcap., disponible en el Directorio Franciscano. [Volver]
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