Meditar la reflexión
del día correspondiente:
DÍAS
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DÍA PRIMERO
Por la señal ...
Oración inicial.
Admirable fe de San Antonio. La vida del santo Taumaturgo es un
continuo pregón de la fe cristiana. Por ella, muy joven,
ansía derramar su sangre a la vista de los mártires
franciscanos de Marruecos. Por ella se entrrga completamente
a Dios en vida santa y perfectísima de evangelización
que fue pasmo del mundo, rica en portentos y maravillas... ¿Qué
vida de fe es la mía?
Tres glorias a la Santísima
Trinidad, recitar el responsorio
y luego la oración final.
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DÍA SEGUNDO
Por la señal ... Oración inicial.
Esperanza de San Antonio. Amó vivamente el Santo esta
virtud. Una vida de sacrificio, en lucha constante contra el
infierno, el mundo y las pasiones, sería imposible sin
una gran esperanza, hija de una gran confianza en la bondad divina,
en la paternal Providencia de Dios y en la ayuda constante de
su gracia... Por eso el Santo jamás desmayó en
su vida de incesante y penoso esfuerzo. ¡Contaba con Dios!
Humillémonos y contemos, no con nuestras fuerzas, sino
con las divinas, esperando en Dios.
Tres glorias a la Santísima
Trinidad, recitar el responsorio
y luego la oración final.
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DÍA TERCERO
Por la señal... Oración inicial.
Caridad divina de San Antonio.
Distinguió a
San Antonio el Serafín de Asís, San Francisco,
con particular amor. No ignoraba, sin duda, que, como buen hijo
suyo, era otro Serafín de caridad. ¿Quién
podrá adivinar la ternura de su amor a Jesús? Aquella
escena en que el Niño Dios se recrea en los brazos del
Santo puede servir para hacernos adivinar sus éxtasis,
sus deliquios, sus ternuras seráficas... ¡ Qué
ejemplo para mí, frío miserable, pobre pecador.
Tres glorias a la Santísima
Trinidad, recitar el responsorio
y luego la oración final.
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DÍA CUARTO
Por la señal... Oración inicial.
Caridad fraternal de San
Antonio. He aquí
un Santo cuya vida fue un holocausto de entrañable amor
a los hombres. Puede decirse que toda ella no fue sino una caricia
a los pobres pecadores, a los tristes enfermos, a los atormentados
por las negruras de la miseria... Y tanto placer debió
de encontrar el Santo en este amor fraterno a sus semejantes,
que ni la muerte lo interrumpió... Hoy, como en vida,
sigue prodigándonos las mismas caricias.. ¡Qué
su ejemplo me mueva a compasión de los desgraciados!
Tres glorias a la Santísima
Trinidad, recitar el responsorio
y luego la oración final.
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DÍA QUINTO
Por la señal... Oración inicial.
Pureza de San Antonio. No en vano lleva el Santo en sus manos
un lirio... Fue una azucena de la Iglesia. El demonio quiso mancharla
con su baba inmunda, pero el Santo la guardó como un tesoro;
la defendió con seto austero e impenetrable de cilicios,
vigilias, disciplinas, ayunos, oraciones, trabajos... ¿Qué
haces tú para guardar la pureza de tu cuerpo y de tu alma?...
Tres glorias a la Santísima
Trinidad, recitar el responsorio
y luego la oración final.
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DÍA SEXTO
Por la señal... Oración inicial.
Humildad de San Antonio.
También en este
Santo, y por manera singular y maravillosa, se cumplió
el dicho de Jesucristo: "El que se humille será ensalzado".
Se ocultó como una violeta ; buscó el retiro, el
silencio y, dotado de altísima sabiduría, la tuvo
oculta y sólo la obediencia pudo abrir con su llave de
oro aquellos raudales portentosos que hicieron a San Antonio
Arca del Testamento
¡De cuántos bienes te priva
tu soberbia !
Tres glorias a la Santísima
Trinidad, recitar el responsorio
y luego la oración final.
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DÍA SÉPTIMO
Por la señal.. Oración inicial.
Pobreza de San Antonio. Nacido en dorada cuna, ante las sonrisas
y halagos del mundo, San Antonio abraza la pobre Orden Franciscana...
Se hace hijo de aquel desposado con la dama Pobreza, San Francisco,
y, como él, la sigue por abrojos y espinas, privaciones
y sufrimientos, contento con sus dolorosas y dulces caricias...
Su despego del mundo, le hizo rico en bienes celestiales... Trocó
el oro de la tierra por el oro inestimable del amor divino. .
Despégate de los bienes terrenos, si verdaderamente quieres
salvarte...
Tres glorias a la Santísima
Trinidad, recitar el responsorio
y luego la oración final.
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DÍA OCTAVO
Por la señal... Oración inicial.
Obediencia de San Antonio. La obediencia es la muerte de la propia
voluntad, y cuando el hombre mata a ésta, ha matado a
su mayor enemigo. La voluntad divina, manifestada por los legítimos
Superiores, obra entonces maravillas en las almas. San Antonio
fue obedientísimo. Lo fue tanto, que a un acto suyo de
obediencia, predicando cuando le creían un ignorante,
debemos el haber descubierto a este nuevo Doctor de las gentes...
¡Obedece, humilla tu amor propio:Dios te ensalzará!
Tres glorias a la Santísima
Trinidad, recitar el responsorio
y luego la oración final.
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DÍA NOVENO
Por la señal... Oración inicial.
San Antonio, protector de
los que sufren. Todo
sufrimiento, en cualquiera de sus manifestaciones, el dolor del
pecado, la pérdida de salud, la escasez de recursos, las
injustas persecuciones, la ausencia de paz, las hondas preocupaciones,
las grandes tristezas
, cuanto puede atenazar el alma...,
fue motivo de compasión para el Santo, fue materia de
milagros suyos, fue blanco de su misericordia... ¿Qué
se ocultó u oculta a su corazón compasivo? Acudamos,
pues, a él con vivísima confianza.
Tres glorias a la Santísima
Trinidad, recitar el responsorio
y luego la oración final. |