Por la
señal
Señor mío Jesucristo
Oración
para todos los días. Gloriosísimo
Padre y Patriarca San Ignacio, fundador de la Compañía
de Jesús y Padre amantísimo: si es para mayor gloria
de Dios, honor vuestro y provecho de mi alma que yo consiga la
gracia que os pido en esta novena, alcanzadla del Señor;
y si no, ordenad mi petición con todos mis pensamientos,
palabras y obras a lo que fue siempre el blasón de vuestras
heroicas empresas: a mayor gloria de Dios. |
DÍA PRIMERO
Comenzar con la oración
de todos los días.
Jesús mío dulcísimo,
que nos revelaste los misterios sagrados de vuestra fe, y por
vuestra predicación deseasteis plantarla en los corazones
humanos como raíz de todas las buenas obras y de la eterna
salvación; os ofrezco los merecimientos de mi glorioso
Padre San Ignacio, y singularmente los de su iluminada fe, con
la cual creería cuantos misterios están escritos
en las santas Escrituras, aunque se perdiesen todos los libros
sagrados, y de la cual animado la defendió contra los
herejes, la dilató entre los gentiles y la avivó
entre los católicos. Os suplico, Padre amantísimo
de mi alma, me deis una fe vivísima de vuestros divinos
misterios que me ilustre para creerlos y estimarlos como verdadero
hijo de la santa Iglesia con fervorosas obras de perfecto cristiano
y me concedáis la gracia que os pido en esta novena, si
es para mayor gloria de Dios, honor del Santo y bien de mi alma.
Amén.
Tres Padrenuestros y Avemarías.
Terminar con las oraciones finales.
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DÍA SEGUNDO
Comenzar con la oración
de todos los días.
Jesús mío dulcísimo,
que prometisteis a vuestros siervos tendrían en vuestra
esperanza todos los tesoros del mundo y nada les faltaría
de cuanto esperasen confiados en vuestra liberalidad tan amorosa
como infinita: os ofrezco los merecimientos de mi glorioso Padre
San Ignacio, y singularmente aquella firmísima esperanza
que le sirvió de tesoro inagotable en su pobreza, de áncora
segura en las tormentas de tantas persecuciones, y de una gloria
anticipada entre los riesgos de esta miserable vida. Os suplico,
Padre amantísimo de mi alma, me concedáis una esperanza
segura de salvarme, afianzada en las buenas obras hechas con
vuestra gracia y revestidas de vuestros méritos y promesas;
y también de conseguir los bienes de esta vida conducentes
a mi eterna salvación y proporcionados a mi estado, y
la gracia que os pido en esta novena, si es para mayor gloria
de Dios, honor vuestro y provecho de mi alma. Amén.
Tres Padrenuestros y Avemarías.
Terminar con las oraciones finales.
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DÍA TERCERO
Comenzar con la oración
de todos los días.
Jesús mío dulcísimo,
que tanto deseasteis el amor de vuestras criaturas que nos intimasteis
como máximo y principal precepto amar a nuestro Dios con
todo el corazón, con toda el alma y con todas las fuerzas:
os ofrezco los merecimientos de mi glorioso Padre San Ignacio,
y singularmente aquel inflamadísimo amor con el cual,
abrasado en un serafín humano, respiraba sólo llamas
de amor divino, refiriendo todas sus palabras y pensamientos
a la mayor gloria de Dios y deseando por premio de su amor más
y más amor, posponiendo la certeza de su eterna felicidad
a la gloria de servir a Dios. Os suplico, Padre amantísimo
de mi alma, me concedáis una centella de ese fuego sagrado
de mi seráfico Padre San Ignacio, y la gracia que os pido
en esta novena a mayor gloria de Dios, honor del Santo y provecho
de mi alma. Amén.
Tres Padrenuestros y Avemarías.
Terminar con las oraciones finales.
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DÍA CUARTO
Comenzar con la oración
de todos los días.
Jesús mío dulcísimo,
que nos recomendasteis la caridad y el amor a los prójimos
como el distintivo y señal de vuestra escuela, diciendo
que en esto se habían de conocer vuestros discípulos:
os ofrezco los merecimientos de mi glorioso Padre San Ignacio,
y singularmente aquella ardentísima caridad con que deseaba
encender en el fuego del divino amor a todos los hombres del
mundo, y con que hizo y padeció tanto por su eterna salvación
y por asistirlos en todos sus trabajos. Os suplico, Padre amantísimo
de mi alma, me concedáis una caridad inflamada, con la
cual, a imitación de mi Padre San Ignacio, trabaje continuamente
en el bien y salvación de mis prójimos con mis
palabras y ejemplos, y con cuanto necesitaren de mi caritativa
asistencia, y la gracia que os pido en esta novena a mayor gloria
de Dios, honor del Santo y bien de mi alma. Amén.
Tres Padrenuestros y Avemarías.
Terminar con las oraciones finales.
Días 5 a 9 de
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